miércoles, 28 de diciembre de 2011

¿Una más para atender? (la cuestión con ciertas amigas en clave autobiográfica, espero que humorística para uds.)

A veces creo que soy solamente una presencia “semiausente” - pero solo para la vida de los demás como amiga, me quiero mucho más que solo para creerme un espectro-  una gran actriz de reparto como Judi Dench o Eva Marie Saint. Mis otros yo, los no-amigos de naides ya son otra cuestión.
Nada más distante que cierto tipo de amistades, en mi caso casi todas, y yo siempre bien, todo bien como siempre. “Sí, obvio que estamos en contacto”, o mejor: “Dale llamame cuando quieras”, esa es mi frase  casi latiguillo. Por suerte no soy igual con los hombres, solo con mis amigas va la cosa, sino me iría realmente mal, es decir, sería el famoso “último recurso”.
Mi hermano que ha visto cómo se reproduce esta situación a través de los años me pregunta si no me jode que cada vez que una amiga se separa, o por algún otro motivo me precisa, tipo divorcio de padres, muerte de algún otro familiar o porque los demás no les dan bola, me llaman igual varias veces al día. Y yo le digo que no está mal, que es muy cómodo para mí ser ese back-up team concentrado en este pequeño cuerpecito, le cuento que ya tengo planificada la batería de acciones según el problema que se presente. Es decir, me siento orgullosa de ser la amiga repuesto, yo sé que a alguno de uds. queridos lectores les puede parecer un poco patético, pero soy más que la amiga repuesto, a veces me veo como un local entero de CYMACO pero con menos veteranos alrededor, jajaja.
No, en serio, ser consciente de esto está en mi mapa genético (a mis padres les sucede igual con ciertos amigos y lo viven con total naturalidad), mi autoestima estándar me indica que eso nunca me afectó y por eso quise compartir estas líneas con aquellos que sí se ven afectados por el tema. Mi experiencia como docente de enseñanza media, al menos como practicante, me hizo saber que esto es un problema para algunos, en especial para algunas, en particular en la adolescencia. Los hace sentir menos y no es así, ser menos dependiente del oído ajeno, es un privilegio en estas época del “estoy acá para que me mirés” o “necesito que alguien me escuche ya”.  A lo que uds. pueden responder: Entonces,  ¿qué carajo hacés con un blog?  Y yo les contaría que no sé, por algo será que no escribo hace meses.
¿Ustedes se ven de alguno de los dos lados con más frecuencia? ¿O es que solo soy yo que me tranco en esta nimiedad como para escribir esto?
En esas situaciones, sSé que película podríamos ir a ver al cine o sacar del archivo para entretenerse tiradas en el sofá, por cuál actor se les cae la baba, qué gusto de helado les gusta más, si prefieren galletitas o bizcochos para el mate, si parque o rambla, me fascina ir puliendo mi conocimiento de los detalles porque me hacen sentir más amiga de mis amigas. Después que se sabe eso, el resto viene más fácil, a alguno le puede sonar un poco “creepy”, como acercándose más bien a Jim Carrey  en “The Cable guy”, pero ni para tanto, es que un poco, la verdad, primero nos re-conocemos por esas cualidades más superficiales hasta llegar a lo importante: la música, la ideología política, etc. etc. 
Ser la amiga CYMACO es muy útil para mi vida, debo reconocerlo, porque es hacerme cómplice del recelo más profundo de un tipo de un culto exacerbado a la soledad solapada/privacidad. La mayoría de los que me conocen pueden decir que soy sociable, amena o que siempre tengo temas de conversación (como diría mi amiga Mona), lo cual es bueno. Es como pararme a conversar con una vecina acodada a la medianera durante años sin que ninguna de las dos conozca el interior de nuestras casas… es cómodo, porque al decir verdad saber más es un poco estresante, puede desgastar. Es entendible la corrosión de cierto tipo de vínculos, c’est la vie, hasta a veces de mí misma me harto –como le debe pasar a todos-, es decir, con el tiempo he averiguado cosas de esta persona que escribe que no tendría que haber visto jamás. Tal vez por eso es que tenemos docenas de conocidos que nos caen bien pero muy pocos amigos, menos de una docena, diez, menos de cinco, menos. Cada uno sabrá.
Pero como dice mi canción de hoy:  
If you're ever in a jam, here I am/ If you're ever in a mess, S-O-S/If you ever feel so happy, you land in jail; I'm your bail./It's friendship, friendship, just a perfect blendship./When other friendships have been forgot,/ Ours will still be hot.
If you're ever up a tree, phone to me./If you're ever down a well, ring my bell./If you ever lose your teeth, and you're out to dine; borrow mine./It's friendship, friendship, just a perfect blendship./When other friendships have been forgate,/Ours will still be great.

 Ir y volver, ser un poco paria de nuestra propia vida, querer que nos extrañen, o no, sentirse liberado, mis amigas ya saben que soy así y saben la mayoría del tipo de detalles que enumeré arriba, y cada tanto se aparecen en el portón o pegan un llamado, por eso me quieren con su ausencia, con su espacio.
 Les quiero, niñas. Feliz 2012. Si llegan a leerse en esta columna “carriebradshawesca”, no se cabroneen y si lo hacen “a tomar Fanta con Pelusita”, sé que vuelven con el caballo cansado (risita maléfica de caricatura, tipo juuuaaaajaaajaaa grave)



Cole Porter lo sabía todo y nos lo hizo saber en cancioncitas pegadizas, de la peli "DuBarry was a lady lady" junto a Lucille Ball (en su única canción no doblada en este film), Red Skelton, Virginia O'Brien, alguien más que no reconozco, y una de mis debilidades: Gene Kelly.

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