viernes, 12 de agosto de 2011
Hay modos y modos de observar
jueves, 11 de agosto de 2011
El mes de la nostalgia, Parte II: Te extraño en todos los idiomas
“Buenos Aires te extraña”, dice un afiche publicitario que invita al turismo en la ciudad del tango. Una pareja de bailarines milongueros se abraza acompañando el eslogan. Y pienso en Gardel, y en su Buenos Aires querido que nunca pudo volver a ver. Sí, ya se asoman las primeras gotas de nostalgia. Buenos Aires extraña a Gardel. Gardel extraña a Buenos Aires. ¿Son ya como dos extraños?
John William Waterhouse, Penelope |
El dolor de la falta se materializa en otra faceta del desencuentro cuando pasamos al inglés. “I miss you”, dicen los anglófonos. Pero “miss” no es solo “extrañar”, es también “perder”. Es lo que se tuvo y nos fue arrancado. Te extraño: te pierdo. (Idea Vilariño, siempre: “Como si ya te hubiera perdido alguna vez”). Cuando perdemos algo, significa que no lo podemos encontrar. Permanece perdido hasta que lo (re)encontramos. Perder: “ex-traviar”, asombrosamente parecido a “extrañar”, aunque “extraño”, en inglés, se diga “stranger”. La nostalgia como pérdida, como algo que se nos escapa. El problema es si al final “perdemos” también la batalla contra la distancia.
Giorgio de Chirico, Il Rittorno di Ulisse, 1968. |
Hay un precioso capítulo de Milan Kundera en su novela-ensayo La ignorancia, donde recorre las variaciones idiomáticas de la nostalgia asociadas a las ansias de volver a la tierra natal (el eterno retorno de Ulises, la eterna espera de Penélope). Allí menciona otro sinónimo del verbo “extrañar”: “añorar”. La añoranza no solo comparte con la extrañeza la letra ñ. Como explica Kundera, añorar viene del verbo catalán “enyorar”, que a su vez deriva del latín “ignorare”. Esa génesis de la añoranza en la ignorancia no se da solo etimológicamente sino pragmáticamente, en el sentir. Añoramos porque ignoramos. “Estás lejos, y no sé qué es de ti. Mi país está lejos, y no sé qué ocurre en él”(1). Es por eso que extrañamos tanto. Cuando menos sabemos, cuanto más dolorosa es la incertidumbre, mayor el deseo de disolver las distancias.
Francesco Primaticcio, Ulises y Penélope |
(1) Kundera, Milan, La Ignorancia. Tusquets Editores, Barcelona, 2000.
miércoles, 10 de agosto de 2011
Algunas consideraciones apenas instintivas al respecto de “Artigas, la Redota”
El pasado lunes a la noche asistí al cine para ver “Artigas, la Redota”, la sala estaba a medio llenar, el público adulto, en promedio mayor de 35 años. Sin embargo el comportamiento era cuasi infantil, “que éste es de la tele”, “sí, pero eso es Colonia, no es Montevideo”, “… ¡Mirá! ¡Cómo van a pasar a Artigas teniendo sexo, qué falta de respeto!”, etc. etc. Y después lo de siempre, los celulares y la ausencia de cualquier tipo de modales para comer o tomar en medio de lo que se esperaba que fuese el clima en una sala para disfrutar realmente de este tipo de espectáculo.
Concretamente sobre el film, debo decir que entra en el límite superior del rango de consideración de lo aceptable.
Respecto a la fotografía y el arte visual en general suple las expectativas previas, sobre todo teniendo en cuenta un conocimiento previo del trabajo de su director César Charlone. Los modos en los que logra asociar su cámara con la obra de Blanes se definen como una de sus mayores conquistas. Además de la mancomunación con la banda sonora de Luciano Supervielle, se supo que en algunas ocasiones la música preexistente inspiró a la cámara en su trabajo en un ejercicio más que interesante.
Tal vez lo más criticable en general sea en algunas secuencias los movimientos erráticos de la cámara, mostrados pareciera incluso desde una lente sucia (lo que me alejaba más aún de la situación narrada) y la deformación que se puede apreciar en un par de secuencias por el uso de una lente similar al ojo de pez, que no tiene a mi criterio un andamiaje claro, solo me creaba confusión.
Todo eso desde el punto de vista estrictamente técnico, sobre el guión (del propio Charlone junto a Pablo Vierci) mis dudas crecen todavía un poco más y me permito cuestionarme otras cosas, no sé si es desde el punto propio de mi ignorancia, pero no podía dejar de sentirme incómoda por el exceso de la voz en off en una especie de soliloquio que se repetía constantemente por parte del espía español, (antagonista o brazo ejecutor del verdadero antagonista -según se quiera ver- Sarratea, encarnado convincentemente por Mario Ferreira), donde la amada era evocada como esperanza de futuro de un modo que rozaba el cliché apoyándose en la representación gráfica de la misma en dibujos separados, los ojos dibujándose en el mar, su cuerpo entre las piedras, etc. Al repetir eso tantas veces uno podría llegar a pensar que dichas remembranzas se iban a ampliar o a profundizar, pero solo retrasan más y enlentecen la acción de dicho personaje sumiendo esos proyectos y sus ganas de alcanzarlos en innecesaridad y superficialidad desde la lectura posible del espectador. También en los usos de epígrafes (textos para indicar lugar por ejemplo) se llega a apreciar esa redundancia aludida… a ver, a la tercera vez que mostrás la Casa de Gobierno en Bs. As. y no se enmarca ninguna otra acción en un lugar similar no es necesaria la aclaración, me parece.
Por suerte, la obra citada me sorprendió por la positiva en el aspecto que más desconfianzas me despertaba en la previa, y que ha sido catalogado como uno de los clásicos problemas del cine nacional, juicio que en los últimos años ha ido revirtiéndose o al menos atenuándose gracias a entre otras a la otra (valga la redundancia) pieza fílmica de Charlone, “El baño del Papa”: el tema del trabajo actoral, la “adaptación” al cine de nuestros actores formados para el teatro, la dirección de actores.
La dificultad en este sentido asomaba desde distintos frentes, la personificación de la Historia nunca es una historia exenta de polémicas o al menos de discusiones en la cinematografía, incluso en las sociedades que ya tienen ejercicio sobrado en la materia.
El Artigas de Esmoris es profundo en presencia y hasta en la expectativa previa a su aparición, en el silencio y en hasta en su voz (inspirada en la de Zitarrosa, según confesión del propio actor), “desmarmolizantemente” humano (más allá de algunas malas pasadas que le juega el ritmo general de la narración), sospechosamente viviente y movilizante; se dio el lujo de develar a un padre de la patria hasta inocente, dubitativo o dolido en gestos más o menos sutiles. Todo encausado hacia los objetivos finales de la película mostrar qué es Artigas y por qué se representa así y no se puede hacerlo de otro modo.
Solo rato después de salir de la sala recordé que era el mismo que presentaba opciones políticas Marxistas-Lenonistas en su personaje de tiempos de campaña, el de “Orientales, la patria o la cumbia” o el de la Antimurga BCG. Nunca se me pasaron por la mente dichos factores al verlo como Artigas. Lo que es inmensamente gratificante para con su trabajo, que encontrará su lugar cada vez más justo en la memoria del cine uruguayo conforme pase el tiempo.
Cabe el destaque a las labores tanto de Rodolfo Sancho como el espía español que navega entre la manifestación de los más variados sentimientos, Aníbal Larra. Este actor español de gran performance aquí es el mismo que interpretara a Antonio en la novela “Amar en tiempos revueltos” en su primera temporada; como a la de Yamandú Cruz en su desempeño como Blanes (cuyos avatares biográficos merecerían film aparte) que mostró de manera explícita que pintar y contar la patria no es ni será jamás tarea fácil.
martes, 9 de agosto de 2011
13to festival de invierno: a elegir películas a través de los prejuicios más raros
Ruy Ramírez |
lunes, 8 de agosto de 2011
Suceden cosas o pensamiento Lateralus para divertirse en Internet
Finalmente, tratando de resolver qué escribir y teniendo frente a mí una lista de ideas para postear, me di cuenta de algo importante, casi todas las cosas de las que quiero tratar (y las que ya traté) tienen un sub-entramado en común, lo que es congruente conmigo ya que soy de los que piensan que nada está suelto.
Lo otro que sucede es que se están cumpliendo 10 años (y 2 meses) de la publicación de Lateralus, que para los que no saben es un disco conceptual de la gran banda Tool. Lo importante de este disco, en este caso, no es solo su rica música, sino todo lo que atraviesa y rodea a la misma para terminar de completar el concepto. Resulta que estos tipitos hicieron un disco que a la vez es un acertijo matemático centrado en la serie fibonacci y que cuya solución es una nueva secuencia (en realidad son dos) de los temas del disco, que cambia bastante el sentido del mismo. Como les decía Lateralus es un disco concepto que, como todo disco de esta especie, trabaja sobre ideas. ¿Sobre cuáles éste? Yo diría que sobre la expansión de la mente, el pensamiento lateral, la conciencia elevada y/o similares, todo esto simbolizado en la proporción áurea, la serie fibonacci, los acertijos, la glándula pineal y el tercer ojo entre otros signos. Dejemos este disco por hoy no sin antes recomendarlo y de paso recomendar a la banda, Tool.
El asunto es que nada de esto tendría importancia si yo no lo utilizara para hablarles del que tal vez sea su nuevo pasatiempo, los riddles. Lo primero que deben saber es que los riddles son unos tipos de juegos online de acertijos en niveles pero que solo eso y alguna poca cosa más tienen en común, ya que todos los riddles pueden tener modalidades diferentes. Ustedes dirán, ¿qué tiene que ver esto con el Lateralus de Tool? Bueno, varias cosas. Primero que nada los riddles se caracterizan por ser acertijos de pensamiento lateral y conocimiento general en los cuales uno debe valerse de la creatividad y de todo el bagaje de conocimiento que sea posible, incluso algunos de estos riddles te enlazan con google para que desde ahí busques las pistas que necesitás. Además de eso, el riddle mundialmente más famoso se llama Notpron, pero está en inglés. Afortunadamente un fan chileno de Tool (esto lo sé porque el juego hace varias referencias a la banda) hizo una copia parecida en español de este juego llamada Tercer Ojo. Aquí es donde todos decimos: "aaaahhhh", pero lamentablemente este juego online desde 2005 ya no está activo (siempre lo mismo con estos chilenos). Sin embargo, afortunadamente hoy en día existen otros juegos de este tipo en español. De todos ellos probé muy pocos pero si tengo que recomendarles alguno sería Abscondita Sapientia, no es tan bueno como Tercer Ojo (¿nostalgia tal vez?) pero satisface plenamente. Otro que recomiendo se llama Hoshi Saga, es japonés pero tiene la particularidad de ser prácticamente audio-visual y en flash por lo que es bastante universal. Por si no se dieron cuenta, haciendo click en el nombre de cada juego se accede al mismo.
Por último lo otro que sucede es que extraños acontecimientos determinaron que yo escribiera dos post seguidos. ¿Habrá sido que mi post anterior fue exitoso? ¿Mis compañeros estarán siendo secuestrados por la CIA por haber develado que el alunizaje fue montado? ¿O será que el destino quiere darme la chance de agrandarme como poroto mojado por haber concurrido ayer al concierto de este hombre? Éste:
Como ya dije, nada está suelto, solo que hay ciertas cosas que es mejor no saber a qué van atadas.