Señoras y señores, con ustedes: ¡el orgasmo! ¡Cómo me gusta este tema! Es una experiencia que nadie sabe describir, que todos quieren sentir, de la que muchos se avergüenzan de comentar (perdón el improperio, pero ¡carajo!, ¡cómo nos cuesta hablar de placer!) y que seguro nadie tiene la suficiente prueba de que alguna vez la vivió.
Sexológicamente el orgasmo es parte de la respuesta sexual. Es más, la investigación acerca de la respuesta sexual emprendida por Masters y Johnson en la década del ‘60 y proseguida por Kaplan en el correr de la década del ‘70 (aunque no únicamente por estos autores), condujo indirectamente a la creación de la Sexología como disciplina.
Les cuento el resultado final de esos estudios. La respuesta sexual es pentafásica –tiene cinco fases–. Uno desea, se excita, transita por una meseta, alcanza el orgasmo y deviene la resolución. Apelando a una analogía gastronómica (otro de los placeres terrenales), sería como tener hambre, escuchar los gorgoritos en la panza, comer por un lapso, sentir el deleite de saciedad emanando un intenso suspiro, y hacer provechito. Por un rato no vas a querer más alimentos. Biológica y bioquímicamente pasa lo mismo con el orgasmo. Vas a estar satisfecho hasta que se reanude de alguna manera el deseo.
Pero por suerte no todo es biología. Y así empieza la diversidad. ¿Cómo te gusta? ¿Con muchos condimentos? ¿A punto? ¿Una porción grande o te servís varias veces? ¿Sos glotón/a? ¿Picoteás entre horas o tenés un horario fijo a rajatabla? No estoy hablando de comida, sino de placer sexual. Perdón si hubo confusión.
No es un aspecto menor integrar el deseo dentro de nuestra respuesta sexual, ya que permite mejores tratamientos terapéuticos en caso de presentar disfunciones sexuales. Es decir, puede haber problemas únicamente en el orgasmo que son tratables de manera independiente sin pensar que la persona es “impotente” o “frígida” (erradiquemos esas palabras de nuestro lenguaje, por favor).
Además –y este es un punto altamente positivo–, incorporar el deseo en nuestros contactos íntimos permite valorar la vivencia y los sentidos como elementos complementarios y componentes de toda la respuesta sexual. El vínculo con el otro (o con los otros), hace que cualquier tipo de penetración o de estímulo sexual no sean el medio para alcanzar un orgasmo de escasos segundos como meta, sino que se atiende a todo un contexto, dándole a ese encuentro único e irrepetible el cetro que se merece.
En ese sentido, tenemos la libertad de cambiar de rumbo a piacere, descuidándonos del programa hormonal que tenemos. Podemos deambular de la excitación hacia la meseta y volver a la excitación, o de lo contrario continuar hacia el orgasmo; después del orgasmo se puede retornar a la meseta; cuando llega la resolución se puede alimentar inmediatamente el deseo para generar una nueva excitación, etcétera, etcétera, etcétera.
Hablaré de cómo se manifiestan las distintas etapas de la respuesta sexual en el hombre y en la mujer en otros espacios. Es decir, afortunadamente nos quedan muchos orgasmos por delante.
Un punto de vista sobre el referéndum consultivo que propone crear el presidente José Mujica.
"El presidente José Mujica agregó un nuevo latiguillo a su nutrida colección que incluye 'tocar el cielo con las manos', 'tirar manteca al techo' y '¿ta?'. Se trata de la expresión 'que el pueblo vote y lo decida', respuesta que utilizó para temas como la minería a cielo abierto y la salsa para los ravioles del domingo. La forma en que el pueblo decidirá tales asuntos es el referéndum consultivo, y Presidencia se encuentra elaborando un proyecto de ley que cree esta figura. 'Ya lo estamos redactando', dijo a Los Informantes (Diario) un integrante del Poder Ejecutivo, que no quiso identificarse porque eso sería 'tirar manteca al techo'. Ni bien el proyecto esté escrito, el siguiente paso será someterlo a un referéndum consultivo, para que el pueblo lo 'vote y lo decida'. 'Mire si después la gente no está de acuerdo con el referéndum consultivo. Por eso mismo haremos un referéndum consultivo en donde aprobarán o no al referéndum consultivo. Clarito".
El párrafo anterior corresponde a una extracción casi completa de una de las columnas de humor del matutino La Diaria. Creí conveniente compartirlo. Obviamente sus afirmaciones no son verdaderas, pero me pregunto: ¿qué tan lejos estamos de que suceda lo que Los Informantes publicaron?
Parece que el presidente José Mujica le teme a su cargo. Con la iniciativa del referéndum consultivo para tratar temas como la instalación de la empresa minera Aratirí en el departamento de Treinta y Tres, o incluso asuntos como el de la legalización del aborto, Mujica deja en evidencia que ante temas delicados, que pueden perjudicar su imagen de buen mandatario, le va a pasar la posta al pueblo.
Imagínense si se le consulta al soberano cada uno de los asuntos importantes que trata el Poder Ejecutivo. Si les resulta exagerado, supongan que no se someten todos los temas, y solo se consulta a la población sobre la mitad de las temáticas que discuten el presidente y sus ministros. Y si aún creen que exagero y que serán muy pocos temas los que se llevarán a referéndum consultivo, imagínense qué etapas previas llevará cada asunto a votar: discusión en el Poder Ejecutivo para resolver lo que los uruguayos deberán definir, etapa de difusión publicitariapara informar sobre ese asunto y finalmente la jornada electoral. Esto definitivamente llevará varios meses. Mucho tiempo para discutir y votar un tema que el presidente, por decisión de quienes lo votaron, podría resolver con una simple firma.
Ni que hablar de que, con el mayor respeto que me merece “doña María”, con una simple etapa difusiva no todos los uruguayos votarán un tema sabiendo de qué se trata. Es más, creo que la mayoría de quienes eventualmente lleguen a votar en algún momento, lo harán con escasa información. A modo de ejemplo, supongan que se vota sobre Aratirí. ¿Qué es? ¿Contaminará? ¿Le hará bien al medio ambiente? ¿Cuánto repercutirá esta empresa en nuestro Producto Bruto Interno? ¿”Aratirí” es una palabra charrúa e india al mismo tiempo?
Mujica ya hizo lo mismo cuando dijo que no haría uso del veto presidencial. Le teme a gobernar con algo de firmeza en sus postulados. Él es el presidente, ¿quién más sino él tiene el derecho a decidir sobre Uruguay?
De pequeños todos nos asombramos o nos asustamos, pero cuando los vimos de grandes, dijimos: “Yo quiero de la que tomó Dumbo”, que debe ser de la misma que degustó Walt Disney por la época de 1941, cuando dibujaron a Dumbo[1].
Si vamos a los hechos, Dumbo toma un poco de alcohol, empieza a ver cualquier cosa y estando borracho vuela. Así nos tiran una moraleja sobre no discriminar y sobre la autoestima. Pero de verdad Dumbo, en busca de experiencias nuevas, se pone un cartón bajo la trompa pegándose un viaje de ácido que le va ayudar a descubrir las drogas placebos.
Y si usted piensa que es un mensaje un tanto fuerte para un niño, no se olvide que Mr. Disney era un ser enfermizo, fascista, que se hizo congelar para evitar la muerte; llamémosle un tipo peculiar. También piense que las películas de animación de ahora no son tan saludables como supone, además de ser más feas.
Así que evite los prejuicios y deje hipnotizarse por perturbadores elefantes rosados. Y si miran lo suficiente, sus pupilas se convertirán en espirales descendientes.
Otrora ídolo dentro de los estadios, este personaje se enfrenta hoy a la difícil tarea de hacerse una carrera como actor, lo cual lo ha ocupado los últimos doce o trece años.
Mientras los reds de Manchester siguen invocándolo en sus canciones, en octubre del año pasado volvió a los titulares por sus declaraciones a un diario local del sur de Francia (su región natal) que se dispararon a través de las redes sociales instando a un boicot al sistema financiero europeo. Todo eso solo por decir que él creía que la gente debía ir en paz a la protesta, dejar allí sus megáfonos e ir al banco en calma, a la sucursal a la que va siempre en su ciudad y retirar su dinero, el máximo posible. Si un número importante de ciudadanos en distintos puntos de Europa lo hacía a la vez no importaría cuán pobres fuesen sus cuentas, ese día quedaría en la historia como primer paso hacia un enorme cambio en este sistema que ya no daba para más. Claro está, las reacciones no se hicieron esperar desde la parodia en shows humorísticos televisivos hasta la intención de llevarlo a juicio por querer causar una corrida bancaria e instar a la alarma pública, esto por parte de algún político medio pelo de la derecha con afanes de notoriedad.
Es que Cantona siempre fue así, nunca se fue exento de polémica o pelea de ninguno de los Clubes en los que recaló en su país o en la propia selección. Ni que hablar de los nueve meses de suspensión que purgó en el 95 por la famosa agresión al hincha en medio de un partido que se disputaba entre el Manchester United y el Crystal Palace. Se sabe que identificó al sujeto porque se hartó de sus insultos racistas y no lo pensó dos veces, “sabía del temperamento difícil de Éric pero nunca pensé que vería esto” fue la reacción de su D.T., Sir Fergusson.
Paréntesis, me pregunto ¿qué tendrá el aire del sur de Francia que hace reaccionar de forma tan violenta a sus talentosos delanteros frente a los insultos racistas en el mismo campo de juego?. Da para pensarlo, ¿no?.
Lo cierto es que este marsellés de orígenes sardos y catalanes le dio a su seguidores la proporción perfecta de talento, fuerza, orgullo y locura. ¿Qué más podría querer cualquier hincha?
Pocos dudaban de su carisma pero eso no es suficiente para convertirse en actor; y más aún en Inglaterra y Francia donde tanto las exigencias como el prestigio en la formación en arte dramático están en la cima a nivel mundial.
Él dejo en claro desde el principio que esto iba en serio, que era lo que había decidido para su futuro por más que durante su suspensión rindió sus exámenes para convertirse en entrenador. Por aquella misma época tomaba lecciones de teatro en secreto con un amigo-hincha del United que también le recomendaba algunas lecturas esenciales sobre el tema.
Así empezaron a sumarse los cameos, los spots, de esos primeros dos o tres años se destaca su interpretación de un personaje lateral a la trama central de “Elizabeth 1ª” de Shekhar Kapur (1998) como Monsieur De Foix, el embajador francés. En el 99 se estrena en Francia con gran repercusión popular “Les enfants du marais” de Jean Becker basada en el best-seller de Georges Montforez, allí le tocó ser antagonista, Jo Sardi, un campeón de boxeo (ya había interpretado a deportistas en otro papel más pequeño como Lionel, un rugbier en “Le Bonheur est dans le pré”) que pierde todo por un altercado en un bar con uno de los protagonistas, que borracho “se metió” con su chica. Por ir a prisión se pierde la defensa de su título, su novia, sus bienes pagando daños y abogados. Todo lo que piensa es en salir para matar al “causante” de su desventura.
EL Protagónico de su filmografía hasta hoy, es probablemente el papel más complejo al que se pudo enfrentar, que representaría un desafío a cualquier actor, el papel por el que más de un consagrado se bajaría de sus habituales pretensiones llegó a la pantalla en el 2003 . El Inspector de Policía de Marsella Richard Séléna chantajea a una sospechosa de homicidio (el de su propio tío por dinero) a que lo acompañe a cenar todos los días durante un año. Se supone que ese es el último de vida del protagonista dado que le fue diagnosticado eso tras sufrir un infarto. La cuestión es que una obesidad mórbida sumada a una incurable depresión causada por la muerte prematura de una novia, algunos fracasos profesionales (en particular en el caso del asesinato de un niño) lo hacen la vívida imagen de un ogro al que solo lo mantiene en pie su fetiche por la comida y la fascinación por la belleza y el carácter despiadado de Elsa, la sospechosa. El film se llama “L’Outremangeur” de Thierry Binistri y de más está decir que lo recomiendo.
El film más reconocido en el que ha participado hasta la fecha me atrevo a decir que es “Looking for Éric” de Ken Loach, estrenado en 2009, que concursó en Cannes. Allí interpreta una versión de sí mismo como ícono e ídolo de un gran sector de las clases bajas de Manchester. En realidad es la alucinación primero causada por la marihuana, luego llevada por el deseo de tener al lado como confidente y consejero a un ser realmente querido de un cartero también llamado Eric, dado que su situación familiar es un verdadero desastre, su ex mujer una loca a la que dejó cuando su hija era recién nacida, su yerno “un malandro digno de su asquerosa familia”, etc. La cosa es que con un montón de reds enfermitos se termina vengando de áquel, todos con máscaras de su eterno number seven.
El mismo año se estreno otra peli inglesa con él llamada “French love” de Jackie Oudney, en la que también aparece como fuente de sabiduría esta vez entre un montón de burguesitos confundidos, que a fulano le parece estar enamorado de la mujer de su amigo mengano, después se separar y el primero no sabe que hacer, entra este personajes en medio de todo, distinto a ese mundillo, un tal Thierry Grimaldi. Una de las críticas de la película rezaba algo así como: qué desordenada, estereotipada y esperable sería la historia que el tipo que le da más encanto sutil y cordura puede estar interpretado por Cantona; otras críticas se dedicaron alabar su performance en un rol inesperado.
Lo último del año pasado viene siendo un rol en el reparto de la familia disfuncional de “Ensemble c’est trop” encabezado por la gran actriz Natalie Bayé, en un guión escrito y dirigido por Léa Fazer; y su debut teatral en “Face au paradis” dirigido por su actual esposa Rachida Brakni, a quien conoció en “L’Outremangeur”, ella interpretaba a Elsa.
Lo que se viene este año, un rol de reparto de “De force” un policial de Frank Henry protagonizado por otra enorme de la pantalla y el escenario francés de la misma generación que Bayé: Isabelle Adjani.
Al principio de esta extensa y antojadiza reseña dije que Cantona había decidido dedicarse full time a la actuación o a la vida artística (entra también desde presentador de t.v. hasta cantante invitado de la banda Dionysos), lo cual no es del todo cierto. Para sorpresa de muchos, en enero del corriente se sumó como Manager (función intermedia entre gerente deportivo y entrenador) en la MLS (Major League of Soccer) para el Cosmos en su regreso a la primera división, un equipo de New York. ¿Será que Broadway está también en los planes del King of Old Trafford?
Tras la captura y muerte de un traficante, sus dos hijos deben sobrevivir al hambre debido a que el estado incautó la fortuna mal habida de su padre. Ambos aprovechan su apellido para instalar un laboratorio de metanfetaminas usando como fachada una sencilla fábrica de juguetes.
Luego de una primavera en donde obtienen grandes riquezas, las ganancias bajan y los sobornos suben, haciendo que sea menos fructífero el negocio criminal. Pero como no se cierra una puerta sin que se abra otra, el verano trae la navidad y con ella un momento de bonanza para la fábrica de juguetes.
Cuando los juguetes ganan más dinero que la droga, los hermanos tendrán que decidir si se quedan con el dinero de los juguetes o si mantienen vivo el sueño de su padre.
Giacomo
Es un peligro mantener el laboratorio funcionando. Si explota puede dañar la fábrica
Giuseppe
Para vos es todo es la fábrica
Giacomo
Las metanfetaminas son el pasado, ahora la plata está en el juguete
Giuseppe
¿Qué pensaría nuestro padre si te escuchara hablar?
En la prehistórica era de la máquina de rollo, los momentos fotografiables eran finitos, ya que también lo era el soporte. A lo sumo tres o cuatro fotos en cada onomástico (una con los abuelos, otra con los papás y otra con los amiguitos), o algún retrato tierno antes del primer día de clases. Cito momentos infantiles porque fue en la niñez donde vivencié la magia de la cámara de fotos. Claro que también los nacimientos, bodas, bautismos, comuniones y otros sacramentos han sido objetos predilectos del signo fotográfico.
El “momento Kodak”, como suele denominarse a todo evento digno de retratarse, surgió como estrategia publicitaria de dicha marca para volver necesaria la cámara de fotos en la masa consumidora. Había que inculcar en las familias el valor de esos instantes que podíamos salvar de lo efímero gracias a este extraordinario dispositivo lumínico, inventado tantas décadas antes.
Las familias promedio empezaron a acumular portarretratos sonrientes sobre la chimenea. Quién no conserva álbumes polvorientos apilándose en el rincón de algún armario, esperando que alguien los abra para despertar escenas multicoloridas en la memoria.
Llegó la era digital, y con ella la posibilidad de sacar y sacar fotos sin agotar más que inmateriales bytes en la tarjeta de memoria (otra memoria, claro, esta vez electrónica e informática). Cualquier momento es válido para posar ante el flash, desde darle de comer a la mascota o pelar una cebolla hasta pasarse la planchita antes de salir.
Con la reciente expansión de las redes sociales internáuticas, sobre todo con el auge descomunal del Facebook, esas fotos digitales que reposaban en los discos duros del ordenador empezaron a adquirir visibilidad social, y por lo tanto un nuevo sentido tanto en su recepción como en su creación.
Maite Domínguez
Los álbumes fotográficos ya no se reservan al ámbito privado: ahora se trata de que todo el mundo (literalmente) vea cada uno de esos momentos donde debemos mostrar la mejor “face”. Una comida entre amigos, una sensual autofotografía ante el espejo del baño o unos dedos rasgando la guitarra se convierten en los tópicos deseables para esparcirse en imágenes por los laberintos de Red.
Los “momentos Kodak” se registraban. Los “momentos Facebook” se producen. Toda la escena a fotografiar se vive, se diseña, se fabrica pensando en la foto que ha de tomarse y que luego han de mirar miles de ojos que podrán juzgarnos. La previa del primer día de escuela es desplazada por la previa de cada viernes a la noche, con la finalidad conquistadora de conseguir adeptos nuevos (amigos facebookianos) para la cita del sábado. El momento Kodak busca rescatar los instantes del olvido. El momento Facebook está hecho para conquistar más instantes fotografiables en el futuro.
Ya no brindamos en los cumpleaños por la alegría de brindar: mantenemos congelado el choque de vasos para que alguien presione el bendito botón de su celular y lo suba inmediatamente a su página. Facebook es una de las palabras que más se escucha en los festejos. Momentos e imágenes genuinamente producidos para ser intercambiados, comentados y “me-gustados”, para hacer nuevos amigos que aparecerán en las fotos que publiquemos sobre nuestro próximo cumpleaños.
Es cierto que miles de usuarios de las redes sociales y las cámaras digitales siguen fotografiando momentos sin pensar ni en Kodak ni en Facebook, por el mero placer que produce estampar nuestra imagen y reunir a quienes queremos en el espacio imperecedero de un rectángulo icónico. Pero aun cuando no se trate de productores extremistas de momentos, es interesante reflexionar sobre la compleja noción de “compartir” los álbumes, lo cual ha trastocado para siempre el ya arcaico concepto del álbum familiar, íntimo, donde los momentos rituales en la historia personal se van tiñendo del color amarillento del nylon protector, donde cada rostro es un tesoro para revivir y conmoverse, donde deambulan las fantasmagorías de los abuelos en vez de los escotes y cervezas de las noches sabatinas.
El otro día estaba caminando por la calle y miraba a los pibes escuchando cumbia al palo. Por suerte ya no son tantos los que escuchan con el celular en altavoz en el bondi, me parece. Pero detrás de sus auriculares suena a alto volumen el ritmo repetitivo y característico del género. Atrás quedaron los años en que los gurises andaban por la calle, orgullosos, con remeras de La Trampa, Trotsky, etc. ¿Qué pasó con el rock nacional? ¿Y qué pasó con el rock en el mundo?
Hace poco leí que el Rock estaba muerto. Que ya no vendía. Que de todos los temas que hay en los rankings mundiales tipo Billboard, no figura ninguna canción de Rock. Que Shakira, Lady Gaga y Justin Bieber, dominan el mundo. Y que lo único que le queda al Rock son los toques en vivo en que llenan estadios con viejos, que en una onda noche de la nostalgia, salen a escuchar distorsión. Viendo un poco para acá, no te digo que pasa lo mismo, peeeero. Oí que cerca de 20 mil personas salen bailar todos los sábados, pagan cerca de 100 pesos de entrada, se toman unos tragos, levantan, y vuelven a sus hogares cerca del mediodía del domingo. La Revancha va a comenzar su segunda gira por Estados Unidos. Los Buitres esta semana llenaron dos Trastiendas y la noticia se vende como un éxito (antes llenaba un Velódromo, y dos Teatro de Verano, tranqui). El Pilsen Rock pasó de llevar a 150 mil personas a Durazno en el 2005, a 7 mil personas en el Prado el año pasado. En una primera lectura, parece estamos en el horno, ¿no?
Igual estamos en el 2011 y habría que considerar otras variables. Me parece que no se tiene que medir el éxito de la misma forma en que se medía antes. Un tipo muy groso, del cual ahora no recuerdo su nombre, dijo en una conferencia que organizó el Clúster de Música del Uruguay: “Hoy, si querés medir el éxito en millones de dólares y discos vendidos, estamos mal. Ahora, si querés medir el éxito en la cantidad de gente que te escucha, este es el mejor momento”. Hoy se consume mucha más música que antes. Todos bajamos el disco nuevo de este, de aquél, y cada vez que sale una banda nueva, regala su disco por Internet. Conocés la banda por Facebook, y después las escuchás en Grooveshark, YouTube, SoundCloud, o MySpace. Hay más bandas que nunca, o por lo menos, se conocen muchas más bandas de las que se conocían antes. La gente escucha a millones de grupos, pero a la distancia, y sin poner un sope. Me parece que está metido dentro de esta dinámica de bandas en Internet y en las redes sociales, la posición de “por amor al arte”, que nos encanta al público, pero desgasta a las organizaciones musicales. ¿Acaso si es con entrada libre, no se registra más asistencia? “Si es de arriba, vamo”.
Como músico, creo que estamos es una nueva era, una nueva etapa. Habrá que repensar la forma de escalar y poner al rock en lo más alto. Un sello discográfico no asegura lo que aseguraba antes. Yo creo en la forma de laburo independiente, que es muy jodida, pero muy gratificante.
Como persona, creo firmemente que el Rock no está muerto. Sino que fue enterrado vivo en el Under. Está encontrando aire, y fuerzas para salir de ahí. Habrá que ayudar a cavar el pozo, y sacarlo a flote nuevamente. El sábado que viene, te invito a salir de la compu e ir a escuchar una banda desconocida. Te invito a sorprenderte gratamente. Te dejo unos links de bandas amigas, muy interesantes, y que están ahí abajo, empujando para salir con herramientas y tremendo sonido. Arriba.