sábado, 30 de julio de 2011

El VIH es vida

Afiche de campaña "Hacete la prueba VIH" - MSP

En Uruguay, ayer se conmemoró el Día Nacional de Lucha contra el VIH/SIDA. Lo más importante e interesante fue que en esta ocasión hubo una actividad que acompañó la celebración protocolar –entre el jueves y el viernes– implementada a través de pruebas rápidas, gratuitas y confidenciales de detección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Con una simple punción digital, el que se acercara a los distintos servicios de salud podría averiguar si era seropositivo o seronegativo en veinte minutos (casi el mismo tiempo que podría llevar contagiárselo).

La pregunta sería de qué hablamos cuando hablamos de VIH. Si tuviera que otorgar una respuesta concisa, diría que es una infección social.

Propongo un ejemplo. Tenés un amigo con gripe. ¿Dejarías de saludarlo con un beso o de abrazarlo mientras estuviera enfermo? ¿Dormirías en la misma habitación para cuidarlo? ¿Compartirías vasos, toallas y ropa con él? ¿Te animarías a tomar unos mates juntos por más de que su voz te indicara que está congestionado? Tal vez dudarías y serías más precavido en tus contactos hacia la persona, pero no te sugestionarías al punto de pensar que te vas a morir si tose cerca de tu cara. Resulta que la gripe (cualquier gripe) es causada por un virus, al igual que el VIH. Es un virus que alcanzó su fama mediática en 2009 con su alias “Gripe A” (y su acepción de “mortal”). El virus N1-H1 es el que provoca todas las gripes. Lo que varía es su cepa, su subtipo. Igual que el VIH. Sin embargo, aunque sean parientes, estos virus no son asimilados con la misma valoración por parte de la sociedad. Entonces, el problema no es si cualquiera puede hacerse un test rápido, es si nos animamos a ir.

El VIH está cargado de mitos desde sus orígenes. Se especuló acerca de si fue un complot o un accidente científico en pos de un rédito económico, de si tiene relación con la vacuna de la poliomielitis, de si fue un tráfico sexual desde la comunidad homosexual de EEUU hacia Haití. Se lo tildó como “cáncer gay”, “peste rosa”, “club de las 4 H” (haitianos, heroinómanos, hemolíticos y homosexuales). Se empleó como sinónimo VIH y SIDA (Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida), cuando un síndrome es un estadio, un conjunto de síntomas que pueden existir o no. Las personas con VIH no necesariamente algún día tendrán SIDA.

Como la discriminación social viene en paquetes y no en capítulos, es más sencillo informar empleando como herramienta el miedo antes que la salud. No reaccionamos del mismo modo cuando alguien nos dice que tiene hepatitis a cuando nos confirma que es VIH positivo. Asociamos el VIH con promiscuidad (¿qué carajo es la promiscuidad? ¿Quién decide qué es una conducta promiscua?), con miedo, con muerte y con “los demás”.

Esta boca es mía y haz lo que yo digo… pero no lo que yo hago

Julio Toyos
El jueves, en “Esta boca es mía” me llevé una ingrata sorpresa. Por un lado, Julio Toyos confesó que fue “promiscuo” hasta que contrajo nupcias por última vez. En esa instancia se realizó el análisis de sangre y, como le dio negativo, no lo volvió a repetir. A su vez, confió en su actual esposa y desconoce si ella alguna vez se hizo el estudio. Por otro lado, la activista feminista, Lilián Abrascinskas, relató que su última prueba de VIH fue cuando estuvo embarazada (y porque es obligatorio), o sea, hace once años. Rufo Martínez argumentó que le daba “miedo” hacerse el test, no por el análisis en sí mismo, sino porque el tiempo que debía esperar los resultados le generaba una insoportable ansiedad. En cualquiera de los tres casos me pareció patética la actitud.

Julio Toyos peca de una pseudo-prevención. No sólo podría haber estado atravesando un “período ventana” cuando se sacó sangre, lo cual hubiera significado que el virus fuera indetectable, sino que la confianza hacia su pareja –que puede ser muy romántica–, no le garantiza salud. Así como Toyos tiene un historial de sábanas revueltas, seguramente su señora también. Después de años de convivencia, ¿ni siquiera le preguntó si alguna vez se realizó el estudio? Si la mujer tiene diabetes seguramente se lo habrá comentado. Como estamos ante un tema muy tabú, la falta de diálogo es el primer síntoma que uno debe detectar. 

Lilián Abrascinskas
Me extraña de mi estimada Lilián que no se haya vuelto a repetir el análisis. Cuando uno entra a un block quirúrgico o a una sala de partos, es parte del dato clínico indicar si el paciente es HIV positivo o negativo (entre otros tantos índices). ¿Y después? ¿Qué pasa cuando salís? El VIH no se trasmite únicamente por penetraciones anales, vaginales u orales. El instrumental médico y las transfusiones de sangre pueden traspasar el virus accidentalmente.

Rufo Martínez
Finalmente, cuando uno “sufre” el lapso entre la extracción de sangre y la obtención del resultado, tal como le pasó a Rufo, en realidad “sufre” de “cola pajitis aguda”. Si yo conozco mi cuerpo y soy consciente de lo que hago con él, no hay que “padecer”. El laboratorio clínico no tiene la culpa. El autocuidado es dialogar el método de prevención de infecciones y de anticoncepción con la persona que tengo al lado, es usar un profiláctico acordado, es sentir placer, eso sí es salud. Y si no querés cuidar al otro, ¿por qué no querés cuidarte a vos mismo?

¿Entonces?

Respecto al VIH, brindar información no asegura un cambio en las conductas, sino simplemente derramar datos y, como está la situación, democratizar el susto. El cambio empieza con un acto de honestidad personal. Podemos mentirle a un amigo, a una pareja o a un compañero sexual del momento, pero no podemos autoengañarnos.

Sólo vos sabés cuáles son tus prácticas sexuales y cómo las llevás a cabo. Si te cuidás, no hay algo que temer, sino que controlar. Si te da negativo y después no te cuidás, sabés que estás jugando a la ruleta rusa, pero también tenés otra oportunidad para empezar de cero; aprovechala. Si te da positivo, vas a vivir porque vas a empezar un tratamiento que te va a dar la misma expectativa de vida que cualquiera que no posea el virus. En la actualidad, el único peligro es no saber si sos portador.

Hacerse el estudio de VIH es vida. ¿Vos ya te hiciste el test?

viernes, 29 de julio de 2011

Tirón de orejas

Yolanda Ordaz de la Cruz

Esta semana me sentí un “nabo” a raíz de un episodio internacional. En México asesinaron a una periodista del diario local Notiver. Yolanda Ordaz De la Cruz era su nombre e investigaba a grupos narcotraficantes en ese país. Según el gobierno mexicano, la periodista “presentaba huellas de tortura”. Con la muerte de esta colega ya son 71 los periodistas que mueren a manos de grupos narcos en México, desde el 2000 a la fecha, según informó Notiver en su sitio web (www.notiver.com.mx). 71 periodistas en 11 años. No sé ustedes, pero yo lo pensaría dos veces antes de investigar el tráfico ilícito de drogas en ese país.

Pero les dije que me sentí como un “nabo”, ¿y por qué? Sucede que esta semana el diario uruguayo Últimas Noticias informó que la justicia archivará el caso del video con imágenes de personas vestidas con uniformes militares que realizan diferentes amenazas. No hay pruebas para encontrar a los creadores del film. Esta situación me retrotrajo a esos días en qué el presidente José Mujica y varios ministros decían que lo habían visto, que no, que eran solo imágenes, que eran fotos, que solo habían escuchado el audio, que habían leído la transcripción del discurso de los uniformados, etc. En medio de eso estábamos nosotros, los periodistas, los nabos.

Culpables, junto a un gran número de políticos (entre los que no faltaron integrantes de la oposición), los periodistas hicimos un escándalo sobre este tema porque así lo creímos necesario. Realmente se podía tratar de un grupo paramilitar amenazando a jueces uruguayos, en medio de diversos procesamientos a exmilitares por violaciones a los derechos humanos en la última dictadura. Daba para preocuparse. Hoy sabemos que archivarán el caso, pero nada sobre el origen del video. Otro fracaso periodístico.

Me siento un “nabo” (y no es casual que use la palabra con la que el ahora presidente criticó a un conocido periodista uruguayo). Por suerte este país no vive índices delictivos como los mexicanos, pero vaya si habrá temas serios en los que inmiscuirnos. Cuando en otros países mueren colegas por investigar el narcotráfico, nosotros nos preocupamos por estar al tanto de datos efímeros. La maldita “noticia”, esa manzana tan rica pero tan peligrosa.

miércoles, 27 de julio de 2011

Somos lo que logramos comparar

En un libro que me gusta mucho sobre el arte de la pantomima que se llama "Paroles sur le mime", es decir, "Palabras sobre el mimo" de Etienne Décroux leí unas palabras justamente que me impactaron tremendamente. No son sobre la pantomima en particular y por eso decidí compartirlas con ustedes son de un capítulo con un nombre bastante provocativo: “Antes de ser completo el arte debe ser”. Y habla de la comparación en la que intervienen numerosos sentidos a la vez, de la sinestesia de la que se nutre habla en estos términos:
“La voz blanca, la redondez de un sonido, el color de un texto, el relieve de un diario, el peso de un pensamiento, el calor de un corazón (…) Comparación=emoción
. La comparación, cualquiera, de lo que se trate se hace nuestro insumo (…) La comparación no es directa. Comparar no es ir de un punto al otro por el camino más corto. Es atrasarse, es salirse de la autopista para pasearse un poco por las vías que la cortan. Comparación es lujo.”

¿Qué no puede haber en el todo? Tal vez mis ganas de abrir senderos y ver qué es lo que quiero ver para no perder más tiempo.
El privilegio de entrenar ojos, oídos, manos y piernas para hacer de esa expedición hacia algo que valga la pena no me puede abandonar, no puedo dejar de olvidarme de eso.

¿Será que somos nuestra capacidad de mostrarnos así mismos que podemos ser más? Yo creo que más que somos lo que comparamos; somos que hacemos por aprender a comparar con mejores fundamentos, sin importar si hablamos de la música que escuchamos, las elecciones profesionales que hacemos o las relaciones interpersonales que sostenemos.
No es cuestión de creer que todo en el mundo es simple armonía y que estamos acá solo para establecer correspondencias imbuidos en las pseudo capacidades poéticas que nos agobian, pero nos hacen respirar, como hoy por ejemplo.


martes, 26 de julio de 2011

La ficticia frontera fractal: Primer episodio

Desde que el cine se ha hecho una realidad, ha traído consigo el debate sobre la conflictiva relación, precisamente, entre la realidad y el cine.
Esta cuestión podría remontarse al primer momento del cine cuando el tren llegó a la estación, el cual con su llegada provocó un gran alboroto. Cabe destacar el hecho nada despreciable de que este lío no se dio en una de las tantas llegadas a la estación propiamente dicha, sino que el asunto fue la primera vez que el tren llegó (o no) en el cine. Dicho malentendido ocurrió porque la gente decidió hacer caso omiso al grito de: “ésta es sólo una ilusión de movimiento creada por la sucesión de varias fotografías en poco tiempo; nada nos puede arrollar”. La gente, en vez de escuchar, optó por correr temerosa del tren que se acercaba.


 A partir de esta anécdota – cuya realidad es cuestionable - se pueden desprender varias cosas: para empezar, que el tren falso tuvo más suceso que el verdadero. Por otro lado queda claro que puede haber varios niveles de real y realidad. En un primer nivel muy superficial se podría decir que los trenes reales son los tangibles y los que están en la pantalla no… aunque las cintas donde está grabado el tren sí es real, la luz proyectada también, y el tren en que se basa también; pero el tren de la pantalla no.
Pasando a un plano más complejo, podemos decir que la cuestión de la realidad no viene de la mano de la materialidad, sino de la imitación. Desde este campo se puede decir que todo el cine en sí es una imitación, una ilusión que a partir de un registro recrea la realidad. Por ende, una imitación de la realidad, ¿podría ésta parecerse demasiado a la realidad?

Pero se puede enfocar la realidad de otra manera, ya que la imitación se da a partir de la recreación y la creación (teniendo como base la imitación del mundo; no podemos pensar por fuera del mundo) o a partir de las capturas y explicaciones de la realidad. A simple vista, podría decirse que esta separación es la que diferencia entre las ficciones y los documentales

Foto: Magdalena Schinca
Voy a darme un respiro de esta complicación para sugerir un pequeño divertimiento geométrico. Dibujemos un triángulo equilátero y delimitemos cada lado en tres segmentos iguales. De cada uno de los segmentos del medio tracemos dos segmentos de tal modo que se formen tres triángulos; los cuales tendrán como un lado uno de los segmentos del primer triángulo. Ahora repitamos el procedimiento que hicimos con el primer triángulo en los tres triángulos más pequeños; si lo hizo bien tendrá seis triángulos más pequeños aún. Por último repita este proceso hasta que se aburra.
 Lo que se formara será una figura bastante compleja llamada fractal; y todo este entretenimiento geométrico se debe a que las fronteras entre el cine y sus realidades son fractales. Estos límites son complejos, no lineales, y sobre todo se dan de tal manera que siempre se puede hacer una nueva delimitación por otro lado. Ergo, nunca serán límites en sus bordes.

Pero … … ¿Cómo podemos encontrar la realidad en el cine si no sabemos qué es real realmente?

lunes, 25 de julio de 2011

Lo que la Copa nos dejó

Para seguir con las tradiciones numerológicas de la eufórica fiesta de quince del triunfo celeste, a continuación van quince cosas que nos dejó la Copa América, y que la definieron como el acontecimiento de masas del año.

1. Bienvenidos a Twitterland. En cuanto a las redes sociales, la protagonista indiscutida fue Twitter. Desde los periodistas deportivos dando las primicias en menos de 140 caracteres hasta los jugadores pidiendo algo pa’ comer, la Copa América se vivió a pleno en un mar de tweets.

2. Popurrí de canciones. La celeste es el hit (los hits, mejor dicho) de la temporada. Desde el Fata Delgado hasta Pitufo Lombardo, pasando por los clásicos de Jaime Roos y Canario Luna, todos los artistas uruguayos se suman a los homenajes musicales a la “gloriosa celeste”. El visionario tema de No te va gustar con su “regálame un sol” debe ser la canción más abonada en AGADU. El que no pudo meter su hit fue Diego Torres con su insulsa canción de la Copa América.

3. Popurrí de publicidades. Cuatro de cada cinco publicidades en las pantallas, radios y espacios gráficos del país tienen como eje a la selección y, desde ayer, su triunfo en el campeonato continental. “Gracias campeones” es el nuevo eslogan de organismos públicos, bebidas espirituosas y productos lácteos. Y seguro que a Julio no le pagaron lo mismo que a Lugano, aunque Claro les dé los mismos beneficios.

4. Suárez, Suárez… (léase como cántico). La consagración de Suárez como el mejor delantero de la Selección fue uno de los sucesos más tiernos y merecidos del torneo. Si hasta ahora había quedado algo ensombrecido por los brillos forlanescos, Suárez demostró que puede pasar a la historia por muchos más méritos que haberse convertido en delantero y golero en el mismo partido. Y hasta ganó el derecho a sobrenombre propio: del “Diego de los uruguayos” pasamos a tener también, según la insaciable inventiva de R.R., un “Depredador”. Habrá gritos de gol para rato.

5. Delantera infernal. Y si la delantera uruguaya es considerada como un infierno por locales y extranjeros, esa parece haber sido la consigna inspiradora de algunas muchachas que encontraron en las coberturas televisivas de los partidos una oportunidad de exhibir sus estereotipadas curvas y obtener algunos segundos de atención por parte de periodistas siempre desagradablemente listos a celebrar la presencia de las mujeres en el fútbol solo por sus atributos carnales.

6. La sorpresa incaica. Perú fue la gran sorpresa del torneo, superando en estadísticas (puntos y goles y efectividad) a Paraguay. Es decir, en esta Copa América el ganador de la medalla de bronce fue mucho más que el de la plata. Además, el tercer puesto siempre se va ganando, mientras que el sub-campeón se va con una derrota. La sensación que queda es que las Eliminatorias serán feroces…

7. Las revelaciones. Ni Coates ni Perú. Las revelaciones de esta copa fueron la posibilidad de que Brasil errara cuatro penales seguidos y la creencia de los chilenos de que eran los grandes favoritos.

8. Las confirmaciones de la copa. Por supuesto, no todo fueron revelaciones. También se confirmaron cosas, simples pero ciertas: a los venezolanos les va lo del cariño vertiginoso con los rivales de fútbol, los jóvenes noteros enviados desde Uruguay son grandes ladrones de gallinas. Pero sobre todo que la celeste es una camiseta con identidad propia.

9. La invisibilidad del hombre invisible. La pregunta es la siguiente: ¿dónde está Paco? Y no nos referimos a su paradero físico, sino a dónde se encuentra en el discurso de los uruguayos. Desapareció, se fue, no está. Claro, no sabemos dónde está pero sí lo que está haciendo: contando billetes. De igual forma por no turbar la conciencia en tiempos de festejos, “Gracias Paco”.

10. Del sergiogorzysmo. Su ausencia en la publicidad pronosticando el campeonato para Uruguay confirma la teoría de que pudimos haber ganado el mundial de no ser porque este señor se mandó la secada del siglo. La caída en picada de la imagen pública de “El periodista del bombo” expresada en cierta cartelería de último momento, puede ser consecuencia de varias características de este personaje que no agradan al uruguayo medio (que somos todos pero sobre todo Scotti). Pero a no subirse al carro de “péguenle a Gorzy” porque con eso no nos aseguramos las eliminatorias.

11. Minutos y minutos de cobertura mediática. Ante estos eventos deportivos y, sobre todo, estos logros de los representantes de Uruguay, los espacios mediáticos casi se orientan exclusivamente al fútbol, en sus aspectos genéricos y sus más minuciosos detalles. Cualquier cosa ocurrida en estos últimos días de julio careció de trascendencia en comparación a la prioridad dada a la Copa. Bordaberry eligió un buen momento para morirse, si lo que quería era pasar desapercibido. Si esta Copa se hubiera dado en el 2009, la Gripe A no hubiera existido.

12. Periodismo a ambos lados del rio: Ver cómo vivieron nuestros hermanos argentinos la Copa a través de su periodismo deportivo fue sin duda alguna uno de los placeres más grandes que nos dio este campeonato. Lo que preocupa es la incapacidad de los periodistas de la supuesta cadena internacional Fox para hablar dos minutos seguidos de otro país sin mencionar a la Argentina. “La Argentina mereció ganar” le escuchamos decir a muchos con un nudo en el pecho. Como dice Niembro: “basssta, no entienden nada”. En serio, no entienden nada.

13. Relatos, siempre relatos. Y no solo los literales, estrictamente efectuados por los relatores. Lo que la Copa nos dejó fueron más relatos que, a la vez que describen, construyen: fórmulas repetidas hasta el hartazgo como “qué lindo ser uruguayo”, referencias innumerables a los números que han marcado la historia y que hoy se renuevan, paralelismos entre el ayer y hoy, los relatos sobre la grupalidad fuera de la cancha y el corazón dejado dentro de ella… Todos estos relatos se reciclan en forma de sentimientos de identidad, de pertenencia, de admiración, que hacen que todo el país y el sentir colectivo e individual se proyecten en un grupo de talentosos deportistas vistiendo una camiseta con color celestial. ¿Eficacia simbólica lo qué?

14. Volver a la escuela. La Copa (la jugada y la ganada) nos dejó el poder confiar en el trabajo y en los valores por encima de las cábalas y otras supersticiones. Sí, teníamos prontos los festejos antes del partido pero la selección ganó con autoridad. Y cuando decimos la selección ganó, queremos decir: la selección ganó y el pueblo acompañó. Porque no hay que olvidar que ellos son los que salieron a pelearla aunque todos les paguemos el sueldo. Hoy se le pide a toda América que aprenda de Uruguay pero ¿qué aprendimos los uruguayos y uruguayas de todo esto? Ya es hora de dejar atrás eso de “somos el país en el mundo que más veces ganó el torneo de su propio continente” (sergiogorzismo) y quedarse con el profesionalismo, el trabajo, el respeto por los compañeros, la planificación, la humildad, la paciencia y la entrega por lo que cada uno hace, y ahora no nos referimos al futbol.

La número 15. Precisamente eso: la copa y la fiesta tan esperada.




domingo, 24 de julio de 2011

“¡¡Uruguay campeón, nomá!!” o si no “Casi, casi, Uruguay”



¡Leé ahora, lo que mañana van a escribir todos los diarios!
La velocidad con las que se están desarrollando las cosas obliga a los comunicadores a actuar por anticipado y luego salir a la calle con lo que hay. Ahora voy a almorzar y después me voy a 18, así que imagínense que no voy a escribir al toque después del partido. Así que me pongo en la ropa del periodista deportivo y les mando dos opciones. La que corresponda es la que mañana va a estar en los diarios. ¡Abrazo! ¡Vamo’ arriba Uruguay! ¡Es hoy Celeste, ES HOY! ¡La Copa está preciosa! ¡¡¡Vamo'!!!

Si ganamos: ¡Uruguay Campeón, nomá!



¡¡¡¡URUGUAAAAAAAAAAAY NOMÁ!!!! Ganamos la final de la Copa América 2011 ante Paraguay, y ahora somos el país con más títulos continentales de la historia.


En el Monumental de Nuñez, la hinchada ya había ganado su partido, la superioridad de los celestes en las tribunas era evidente, y el aliento hizo sentir a los leones uruguayos como si fueran locales.


Uruguay fue superior a Paraguay en todo el certamen. La celeste eliminó a los dueños de casa en cuartos de final, y la chapa de favorito no le incomodó en ningún momento. El gran momento del fútbol uruguayo lo comprobamos nuevamente ante el respetable combinado peruano, y hoy, después de 16 años sin levantar copa, volvemos a ser campeones contra Paraguay. Una selección paraguaya que venía de empate en empate, sin ganar un solo partido en toda la copa, y clasificando por penales en las instancias finales. Con la baja de Santana por expulsión, Santa Cruz y Aureliano Torres por lesión, y sin la presencia del DT Martino en el banco, la celeste aprovechó la ventaja frente a los albirrojos y los superó con clase.


Luego del partido, 18 de Julio se inundó por un mar de gente festejando, que luego fue al Estadio Centenario a recibir a los campeones. ¡Salud, Celeste! ¡Gracias jugadores! ¡Gracias Maestro!

Por si perdemos: “Casi, casi, Uruguay”

¡Gracias muchachos! La celeste cayó en la final de la Copa América 2011 ante Paraguay, quien ganó su tercer título continental.


En el Monumental de Nuñez, la hinchada fue mayoritariamente celeste, y eso en algún momento nos jugó en contra, dado que desde la tribuna se presionó mucho a los jugadores cuando las cosas no pasaban. Esto hizo crecer al elenco rival, quien finalmente se llevó el partido.


En lo previo parecía que Uruguay era superior a Paraguay. Ambos seleccionados eliminaron a los grandes favoritos: la celeste eliminó a Argentina en Santa Fé por penales, y al otro día Paraguay eliminó a Brasil, también desde los once pasos. La diferencia estaba en cómo llegaban ambos equipos: Uruguay con la chapa de favorito y Paraguay con algunas bajas sensibles, como Santana, Santa Cruz, Aureliano Torres y el DT Marino.


Uruguay viene construyendo un gran momento futbolístico en juveniles y en la selección mayor, pero no gana ningún título. Quedamos cuartos en el mundial, perdimos seis a uno la final del sudamericano sub 20 contra Brasil, dos a cero contra México en el mundial sub 17, y ahora contra Paraguay. Desde 1995 que no levantamos una copa, y nos quedamos con las ganas. Nos falta mayor jerarquía, y este equipo técnico nos demostró nuevamente que no la tiene.


18 de Julio pasó a ser un mar de lágrimas, y un estadio repleto de hinchas decepcionados, pero agradecidos, recibieron a la selección. Habría que re pensar varias cosas. ¡Salud, Celeste! ¡Bien igual, muchachos! ¡Tabárez, renuncie!

Amy Winehouse y el Club de los 27

Hace algunas horas murió Amy Winehouse, tenía 27 años. 

Lamentablemente podemos decir que, si bien se veía venir, nos toma por sorpresa y con amargura. Amy estaba cada día peor, y cuando la intentaban meter en rehabilitación, ella contestaba: “No, no, no”. Todavía se desconocen las causas de su fallecimiento, pero se especula que fue por sobredosis.

Una pérdida invalorable para la música. Fue una artista con una voz incomparable, inconfundible y que te hacía temblar el tímpano cada vez que la escuchabas. Una dulzura, potencia y talento que sobresalía, se fue deteriorando a medida que pasaba el tiempo e iba incrementando el nivel de heroína en su sangre.

El hecho de que Amy se haya muerto a los 27 años, me recuerda al “Club de los 27”. Este llamado “club” tiene como miembros a personajes entrañables y fundamentales en la historia del #Rwack: Jim Morrison, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Brian Jones, Kurt Cobain, y la incorporación más reciente, Amy Winehouse.
Todos ellos comparten un trágico final, abrupto e inesperado, la pregunta de qué habría pasado si siguieran acá, las enormes ganas de escuchar más de su arte y un vacío irremplazable.

Si en el infierno existiera ese club, a mi me gustaría pasar por la puerta y escuchar de afuera la fiesta que estarían haciendo adentro. El solo pensar que ahí estarían encerradas esas almas, vomitando su poesía, inyectándose en el baño, y a lo mejor, improvisando en una banda todos juntos, me hace erizar la piel.

Qué jodido que es el rock, eh. La concha de la madre.