sábado, 17 de diciembre de 2011

Welcome to Twitterland

Hace unos días tuve un inconveniente mientras trataba de subir una noticia al Twitter. Me quedé sin espacio.

Sucede que este medio de comunicación (así lo llamo yo) permite solo realizar publicaciones que no superen los 140 caracteres, lo que significa un problema si se lo quiere usar para informar de hechos complejos. Para que se hagan una idea, en estas pocas líneas que escribí ya superé largamente los 300 caracteres.

En mi caso utilizo el Twitter para subir noticias breves, como “Uruguay ya no integra la lista gris de la OCDE. Falta ver si se firma o no el acuerdo de intercambio de información con Argentina” (129) o “Mañana paran los médicos tanto del sector privado como del público. Denuncian incumplimiento de los convenios colectivos” (120). 

Este nuevo modo de difundir información puede ser muy útil (acceso rápido y sin vueltas a la noticia), pero también puede ser un gran enemigo. Usemos los dos ejemplos del párrafo anterior. En el primer twitt (así se le llama en la jerga) lo primero que podrían preguntar es sobre la “lista gris”. ¿Qué es? ¿Quiénes la definen? ¿Por qué Uruguay la integraba y qué significa que ya no la integre? ¿Y Argentina qué tiene que ver con todo esto?

Lo mismo en el segundo twitt. ¿“Incumplimiento de los convenios colectivos”? ¿Quiénes incumplieron los convenios? ¿Qué parte de esos convenios incumplieron? ¿Es necesario que paren los médicos? Son preguntas que surgen a golpe de vista si razonamos mínimamente lo que leemos. Algunos medios de comunicación como el diario El País o Montevideo Portal publican información en su Twitter pero le agregan un link que lleva al lector a otra página web donde puede leer un artículo más completo, donde se contestan –seguramente– todas las preguntas. El tema es que ahí ya no estamos en Twitter, sino en la web de El País o Montevideo Portal. Cambió el medio de comunicación, cambió el formato, cambió el mensaje.

Esa es mi inquietud: ¿cuánto modifica el contenido este contenedor? ¿El paro médico o la lista gris de la OCDE serán lo mismo publicado en mi Twitter que en cualquier sitio web de noticias o, incluso, en otro medio de prensa? Podríamos estimar que sí. Podríamos. Pero en mi twitt lo que importa es el paro médico, saber que mañana no habrá doctores para atenderme y listo. El lector es fugaz, entra, lee, se entera y sabe que mañana no perderá su tiempo en una sala con olor a productos desinfectantes. Sin embargo, en un extenso artículo de prensa, donde la información es desarrollada de otra manera, donde el lector se predispone –ya sea frente a su computadora o frente al diario– con otra actitud, la información puede ser procesada en profundidad, con más claridad y de manera más cercana a los hechos concretos. Noten que dije “más cercana”, y no dije “tal cual son los hechos concretos”.

Con este análisis no pretendo descalificar al Twitter como medio para difundir noticias. Pero lo que es claro es que si en el pasaje de información de un medio a otro se pierde (o modifica) el mensaje inicial –por ejemplo cuando un periodista tiene datos y los publica para que el lector se entere de ellos–, en el caso del Twitter eso se ve agravado. Los 140 caracteres resultan ser los inquisidores de la información.

En ese sentido, el periodismo que pretenda aferrarse a las nuevas tecnologías para no desaparecer tendrá que rever sus estrategias comunicacionales para no dejar que esta nueva "inquisición informativa" determine la pérdida absoluta del mensaje inicial. ¡Vaya tarea!

2 comentarios:

Mariana Payssé dijo...

Qué buen análisis, Santi. Confieso que no tengo demasiado contacto con Twitterland, pero también me incomoda, en otros medios, esa brevedad a la que parecemos estar condenados cada vez con más urgencia. El Twitter es quizás una de las expresiones más condensadas de esa velocidad y falta de espacio que impregna la mayoría de los medios y lecturas.

Anónimo dijo...

Por ese y otros motivos más evidentes y menos trascendentes es que muchos lo utilizamos como una herramienta creativa. ¡Mierda! ¡Tengo 140 caracteres! ¿Y ahora qué hago? (50) Y aunque comparto la inquietud, lo mismo pasa con los titulares en los diarios o en los "informativos" televisivos. Saludos y ¡aguante el twitter, bo!