jueves, 18 de octubre de 2012

Yo sigo bailando con la música de Garbage en vivo sonando en mi mente. No sé ustedes.

La única foto que saqué y que puede ser digna de mostrar. Imagínense el resto

Salgo del laburo a las 6 en punto. Cruzo la Plaza Independencia porque iba para lo de un amigo a hacer tiempo y veo que en el Radisson hay un grupo de fans de Garbage. Los miro y pienso "¿Pensarán que los Garbage van a salir a saludarlos? Están locos". Miro para la escalera: BUTCH VIG. Quedé en shock. Literalmente. Bajando muy pancho, Butch, se acercó a los gurises y empezó a repartir firmas y fotos. Pensé "Bueno. Ese momento valió el precio de la entrada". Pero con el show que dieron los Garbage, no me animaría a pensar la plata que debería haber costado.

Quiero poner en conceptos muy cortitos lo que fue ese show.
Las canciones que hicieron generaron en la costa uruguaya un tsunami de onda. Una tras otra. No paraban de salir hits de esos amplis que nos hacían explotar la mente. 
Shirley Manson es como una androide sexy y veterana. Bailando y metiendo personalidad en cada paso. Enojada con los sonidistas como una buena estrella de rock de los noventa y entregada al público por completo. Desde donde yo estaba, se la veía feliz. En serio. Sino fue así, es muy buena actriz.  
Los dos pelados de las violas tenían una clase que daba miedo. Salieron a escena de traje. Con órganos y sintetizadores, se turnaban momentos con las seis cuerdas para darle a las canciones esas frases musicales que quedan sonando una y otra vez en tu cabeza cuando te vas a dormir.
¿Y qué decir de Butch Vig, NOCIERTO? El enfermo tenía pads de batería electrónica incrustados en la conformación de los cuerpos de ese pedazo de bata. Metía unos golpes graves que estremecían el suelo. No paró de agitar en toda la noche. Ahí estaba, el productor del Nevermind metiendo una onda indescriptible para unos uruguayos que lo mirábamos sin poder dar crédito de nuestros ojos.
Quiero destacar que el sonido fue excelente. PRO de verdad. En una sonó medio mal el micro de Shirley y saltó el chirlo. Demoraron 2 minutos en traerle uno nuevo y poco más se bajan a cagarlos a trompadas por no hacer su trabajo al toque. Hay que reconocer el laburo que hicieron. Siempre nos acordamos de los sonidistas cuando las cosas andan mal. En este caso, resaltaron por la calidad del laburo, capos. Sigan así.

Muy rico todo.

No sé que más agregar.

¡Ah, sí! Gracias, Paul Mc. Cartney.

2 comentarios:

M@rce dijo...

Paahh loco!! la verdad que fue un espectáculo fuera de serie, fuera de lo común, rock del bueno.

Ese carisma y manera de encarar las situaciones que se dieron durante el concierto no lo había visto en ningún otro show de ninguna otra banda. Se me grabó a fuego la voz melódica y contundente de Shirley, sus palabras para con nosotros el público, los acorde graves de las guitarras, la fuerza de la batería, los tonos suaves del teclado, en fin todo!!

Talvez no fué la cantidad de público que yo esperaría, pero no saben lo que se perdieron!!

Como decís al final, gracias Sir Paul por abrir las puertas de Montevideo a las producciones en vivo del mundo musical.

KoLo dijo...

¡Total! Un show irrepetible. De primer nivel.
Yo creo que debe desanimar a los organizadores de eventos armar fechas con bandunes de nivel y que no tengan una convocatoria masiva.
Después acá nos quejamos de que no viene nadie. Y cuando viene alguien, nos quejamos del precio de las entradas. O del frío. O de cualquier otra cosa.
Esperemos cambiar un poco la actitud, o que los empresarios sigan haciendo eventos porque les pinta y no tanto por la ganancia que puedan sacar, que debe ser muy poca por el laburo que debe ser agendar y organizar un toque así. Porque, de verdad, estoy casi seguro que no ganaron plata trayendo a Garbage.