jueves, 30 de junio de 2011

Carl Sagan, la dimensión de lo humano

No somos pocos los que creemos que el ser humano está movido naturalmente por la curiosidad. Yo supongo que tiene que ver con estar esencialmente atravesados por los signos, entonces la realidad siempre se nos presenta mediada por éstos y, como se sabe desde hace un tiempo, entre un significado y un significante siempre se puede meter un "¿por qué?". Es por eso tal vez que la filosofía es tan importante para nosotros, porque es una forma de curiosear sobre todo, sin que eso nos dé la más mínima ilusión de encontrar una certeza. Entonces, hay algo en tratar de darle una explicación a cada cosa, hay humanidad.

Contemplando lo anterior, cuando uno se encuentra un personaje como éste, no tiene otra que quererlo. Carl Sagan está lejos de ser el científico más importante del siglo XX pero sí que es el divulgador científico que más simpatías ha cosechado, merecidamente además.

Creador de la serie COSMOS (altamente recomendable) y autor de libros como Dragones del Edén, Contacto (novela que sería adaptada al cine) y El mundo y sus demonios, entre otros. Entre sus grandes logros, que no son pocos, está el haber sido el principal asesor de dos programas de la NASA para crear un mensaje inalterable que pudiera llegar a interpretar otra forma de vida inteligente, pavada de reto comunicativo (tal vez  también por eso me interese tanto este señor). Carl Sagan fue mucho más que un divulgador científico, fue un pacifista de argumentos conmovedores que estuvo buena parte del siglo pasado ahí, para darnos un baño de humildad, y recordarnos lo pequeños que somos tanto en tiempo (es famosa su comparación de la edad del universo con un año solar, donde la existencia de la humanidad ocupa los últimos 6 minutos del 31 de diciembre: ver aquí) como en espacio. Justamente de eso se trata este post.

El 14 de febrero de 1990 la nave espacial Voyager 1 (por insistencia de Sagan) toma una foto en dirección a la tierra a 6000 millones de kilometros de distancia de la misma. Lo que se obtuvo fue estremecedor, la foto titulada Un punto azul pálido, fue la que inspirara luego el libro del mismo nombre en el que Sagan reflexionaría sobre la existencia del hombre en la tierra. Lo que hoy les comparto es un videíto creado por andá a saber quién pero que es la excusa para escuchar al propio Sagan reflexionando sobre la humanidad a partir de una foto. ¿Qué agregar cuando está todo dicho?



Bueno, no solo de esto se trata el post, también explica de cierta manera el porqué del título de esta sección, ¿o será que se trata de curiosear y darnos explicaciones? Después de todo, como decía el Dr. Sagan: "Somos el medio para que el Cosmos se conozca a sí mismo."

2 comentarios:

Mar dijo...

El infinito hacia afuera y hacia adentro...

Nati dijo...

Me encantó la intro y el encare en general.