En las últimas horas se realizó una nueva interpelación. El motivo para citar al parlamento a tres ministros (de Industria, de Medio Ambiente y de Turismo) fue la eventual instalación en campos uruguayos de una minera llamada ARATIRÍ. Los invito a dar una vuelta por información que no siempre está en los medios de comunicación: algunos de los ítems que están en juego aquí. “Comprender” no siempre va de la mano con “saber”, pero al menos se puede evitar tener que responder con un “no lo sé”.
¿Qué es ARATIRÍ? Es un proyecto minero que pertenece a la empresa Zamín Ferrous, de capitales anglo-suizos. Su presidente es nacido en la India, Pramod Agarwal, y acá en Uruguay el gerente de ARATIRÍ es Fernando Puntigliano, ex presidente de la Administración Nacional de Puertos del gobierno de Tabaré Vázquez.
Esta empresa dice que quiere invertir 3 mil millones de dólares en nuestro país para explotar los yacimientos de hierro en Uruguay. En 2008 consiguieron los permisos de prospección del suelo uruguayo, es decir, de análisis del hierro para determinar la viabilidad del proyecto. Tienen padrones denunciados en 6 departamentos: Treinta y Tres, Cerro Largo, Rocha, Lavalleja, Florida y Durazno. Prospectaron unas 100 mil hectáreas pero solicitaron permiso al Estado Uruguayo para explotar unas 12 mil hectáreas en los terrenos de unos 78 productores agropecuarios (desde la oposición se dice que son 200). Se estima que en estos terrenos hay entre 1500 y 2000 mil millones de toneladas de hierro. Estos lugares son principalmente cerros, por lo tanto de muy bajo índice coneat (12 o 14), lo que significa baja o muy baja productividad.
El emprendimiento –que le dejaría al Uruguay unos 500 millones de dólares anuales y unos 1500 puestos de trabajo directo, más unos 15 mil indirectos– tendrá tres áreas: el distrito minero, un mineroducto y una terminal portuaria en las costas de Rocha para exportar el hierro. También habrá un embalse de agua de grandes proporciones.
¿Pero?
Por ahora todo redondo. Uruguay tiene hierro que no se usa, ellos lo sacan y nos pagan una buena parte por eso. Sin embargo el asunto radica en el impacto que tendrá este megaproyecto en nuestro país. Surgen dilemas medioambientales y económicos. ARATIRÍ presentó un informe de impacto ambiental a la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) que fue rechazado por este organismo. Se le pidió que lo ampliaran y en eso están.
Hablamos de minería a cielo abierto, donde las explotaciones se desarrollan en la superficie del terreno, a diferencia de las subterráneas, que se desarrollan en cuevas. Sin entrar en detalles técnicos, se realizan pozos, también denominados cráteres, de unos 300 o 400 metros de profundidad. A través de explosiones extraen el hierro sin utilizar implementos químicos. Esto es importante destacarlo porque uno de los argumentos por los que se criticó a la minera en un principio era por el uso de químicos contaminantes para extraer el mineral. El hierro que predomina en Uruguay es la Magnetita, que se desprende de la roca con explosiones, luego se la muele y se la imanta para desprenderá de cualquier otro mineral.
La zona de Cerro Chato es uno de los lugares donde podría estar el mayor foco de esta minera. A varios productores agropecuarios se les ofreció vender sus terrenos a inversores o trasladarse del lugar en donde están. Todo esto, principalmente, derivó en el enfrentamiento entre los trabajadores de la zona que defienden el proyecto y los que no.
Vamos a los argumentos para cuestionar a la Minera. Primero que nada, ya lo dijimos antes, aún no tiene un informe de impacto medio ambiental aprobado por la DINAMA. Segundo, el manejo de las reservas de agua subterráneas de los cerros sumado al desvío de ríos para acumular el agua que necesitan. Al hacer grandes pozos en los cerros, eliminan varios ríos subterráneos.
Según productores contrarios al proyecto, van a desaparecer las fuentes de agua para las cañadas, para los ríos y para los costados de las laderas. Además, cuando llueva, el agua en vez de acumularse, se va a escurrir y va a ir directo a los arroyos y por lo tanto, directo al mar. Esto le sacaría esa propiedad de esponja que tienen los cerros. Por otra parte, recordemos que el presidente José Mujica explicó en su momento que una arrocera requiere más agua que lo que usaría ARATIRÍ.
¡¡¡Boom!!!
¿Qué pasa con las explosiones con las que desprenderán el hierro del suelo? El primer informe de impacto medioambiental de la empresa explicaba que se elevarían grandes cantidades de polvo que luego caerían sobre los campos, pero que en cuanto llueva se disolverían. Se usarán 43 mil toneladas de explosivos por año: 40 toneladas cada 2 días. Eso podría tener sus efectos ambientales. Efectos tanto en el aire, como en los campos y a nivel subterráneo. De todos modos, los explosivos –que serán detonados por el Ejército– son construidos en base a fertilizantes nitrogenados y gasoil. Tal parece que los productos de la combustión son los mismos de cualquier motor de una 4x4.
Lo que sí es claro que se va a modificar la situación de la gente de Valentines, Cerro Chato, Santa Clara de Olimar, entre otros lugares de estos 6 departamentos en donde estará ARATIRÍ si el Estado la autoriza. Ya sea desde la tranquilidad de su día a día, desde sus estilos de vida, desde su actividad agropecuaria hasta sus índices de desempleo, que podrían bajar sustancialmente con las oportunidades laborales que les da la empresa.
Relación costo-beneficio, dicen algunos. Lo concreto es que si Uruguay quiere incrementar en 500 millones de dólares su Producto Bruto Interno (PBI) anual y además quiere esos 1500 puestos de trabajo directos más esos 15 mil indirectos, va a tener que modificar sus actividades productivas. Desde el gobierno se afirma que ya es tiempo de que Uruguay deje de tener el 80% de su PBI solo gracias a la industria agropecuaria. Sigamos discutiendo entonces, que ARATIRÍ todavía no está instalada.
3 comentarios:
Muy buena nota, Santiago. Coincido contigo, sigamos discutiendo que -por suerte-aun no está instalada. Sin embargo, todo hace indicar que se instala aunque el informe sea un desastre.
Gracias Laura.
Igual aclaro que traté de dar la información para que se sepa algo sobre el tema, nada más. No digo un NO ni un SÍ a la instalación de ARATIRÍ. Acá hay mucha gente seria trabajando, y yo los respeto, así como respeto a quienes defienden sus tierras.
Nací y me críe en La Paz, Canelones,una ciudad que se caracteriza por sus canteras de granito rojo. Si algo le da belleza a sus paisajes, son los lagos azules que han quedado en los enormes pozos a consecuencia de la explotación. Era común que de mañana nos despertáramos con el ruido de los barrenos que hacían temblar nuestras casas. Aquí estoy, a mi edad todavía sana y salva. Y eso que de 500 millones jamás se habló y que mi ciudad nunca se hizo rica por sus canteras. Y mejor no les cuento el olor que tengo que soportar en Las Piedras cuando el viento viene para acá desde Canelón Chico, donde funciona una fábrica de harina de pescado que exhala un olor nauseabundo. Por más denuncias que desde hace decenas de años han hecho los vecinos,la fábrica sigue funcionando tan campante. Y no he visto qué utilidades en $$$ ha dado a la zona.
Da para discutir, por supuesto. Pero abramos la cabeza. A mí también me contamina el monóxido de carbono que sale de los millones de autos que andan por la calle y me revienta los tímpanos el ruido producido por las miles de motos con el caño de escapa libre o recortado que circulan por la calle, es más: impiden mi tranquilo sueño.
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