domingo, 25 de septiembre de 2011

RHCP/LIVE!/BSAS


Fui a ver a los Red Hot Chili Peppers a Buenos Aires. Todavía no caigo. 
Hace algunos meses entraba todos los días a su web para ver si venían. Cuando se confirmó quedé en shock. Le di la plata a un amigo que cruzaba el charco para que me saque las entradas, pero se olvidó y se agotaron las que queríamos, las Campo. 
A partir de ahí hicimos lo imposible por sacar esas entradas, para poder saltar bien cerca del escenario, cerca de su sonido, cerca de ellos. Esperé 3 meses. No, perdón. Esperé toda mi vida, prácticamente. ¡Escucho los Red Hot Chili Peppers desde que tengo 5 años! 
Bueno, no importa, el tema es que finalmente conseguimos la entrada y el pasaje. Fuimos, nos comimos 10 horas arriba de un bondi, unas 5 horas dando vueltas en la ciudad para matar el tiempo, otras 6 horas aplastados y arrastrados por la gente en el estadio. Diez minutos antes de que arranque el toque de los Red Hot, decidimos movernos de nuestra posición privilegiada de cercanía al escenario, pero epicentro del infierno, para poder respirar. Finalmente terminamos viéndolos de costado, a unos 40 metros me parece, no sé, soy muy malo calculando distancias. En ese lugar podíamos tomar aire, y eso fue lo que nos permitió disfrutar el toque y salir con vida de allí. 
Los RHCP nos dieron una hora y cincuenta minutos de lo que saben hacer. Puedo asegurar que todo lo que vivimos, valió la pena.
 
John Frusciante no estaba en el escenario, ya lo sabíamos. En su lugar estaba Josh Klinghoffer, cumpliendo un gran papel. Flea, Anthony y Chad, brindan una entrega de energía y talento constante, durante todo el show. No paran. Te hacen vibrar la piel con un sonido compacto, ensamblado, con unos golpes que te parten el pecho. Los ves y no paran de gozar, bailar y saltar. La crónica del toque de Rolling Stone, escrita por Yamila Trautman, habla sobre su actitud en el escenario: "pasaron casi treinta años pero, ahí arriba, ellos siguen siendo los mismos pendejitos entusiastas". Tal cual.

Centraron su show en su etapa más reciente como banda, con temas más enfocados en la melodía, más pop, tocando temas del I'm with you, Stadium Arcadium, By The Way, y Californication. Nos mataron de una patada en la cara con las canciones del Blood Sugar Sex Magik, y el inesperado "Higher Ground". 
Un toque de los Red Hot Chili Peppers es una fiesta, sumamente bailable en cada momento. Cuando uno sueña con verlos desde que es un niño, ese momento se convierte en algo muy emocionante. A su vez, un show en Argentina le da un toque de partido de fútbol con el público coreando cada letra, cada riff. Entre tema y tema siempre hay un canto de aliento a la banda, donde encontramos los hits "Soy Chili Pepper, es un sentimiento, no puedo parar", y "Olé, olé, olé, olé. Red Hot, Red Hot". La energía de ellos y la respuesta de la gente, esa energía, es amor.
Qué vuelvan pronto.

Un fragmento de lo que se vivió en Baires.


El show entero de ayer en el Rock in Rio. 

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