"El presidente José Mujica agregó un nuevo latiguillo a su nutrida colección que incluye 'tocar el cielo con las manos', 'tirar manteca al techo' y '¿ta?'. Se trata de la expresión 'que el pueblo vote y lo decida', respuesta que utilizó para temas como la minería a cielo abierto y la salsa para los ravioles del domingo. La forma en que el pueblo decidirá tales asuntos es el referéndum consultivo, y Presidencia se encuentra elaborando un proyecto de ley que cree esta figura. 'Ya lo estamos redactando', dijo a Los Informantes (Diario) un integrante del Poder Ejecutivo, que no quiso identificarse porque eso sería 'tirar manteca al techo'. Ni bien el proyecto esté escrito, el siguiente paso será someterlo a un referéndum consultivo, para que el pueblo lo 'vote y lo decida'. 'Mire si después la gente no está de acuerdo con el referéndum consultivo. Por eso mismo haremos un referéndum consultivo en donde aprobarán o no al referéndum consultivo. Clarito".
El párrafo anterior corresponde a una extracción casi completa de una de las columnas de humor del matutino La Diaria. Creí conveniente compartirlo. Obviamente sus afirmaciones no son verdaderas, pero me pregunto: ¿qué tan lejos estamos de que suceda lo que Los Informantes publicaron?
Parece que el presidente José Mujica le teme a su cargo. Con la iniciativa del referéndum consultivo para tratar temas como la instalación de la empresa minera Aratirí en el departamento de Treinta y Tres, o incluso asuntos como el de la legalización del aborto, Mujica deja en evidencia que ante temas delicados, que pueden perjudicar su imagen de buen mandatario, le va a pasar la posta al pueblo.
Imagínense si se le consulta al soberano cada uno de los asuntos importantes que trata el Poder Ejecutivo. Si les resulta exagerado, supongan que no se someten todos los temas, y solo se consulta a la población sobre la mitad de las temáticas que discuten el presidente y sus ministros. Y si aún creen que exagero y que serán muy pocos temas los que se llevarán a referéndum consultivo, imagínense qué etapas previas llevará cada asunto a votar: discusión en el Poder Ejecutivo para resolver lo que los uruguayos deberán definir, etapa de difusión publicitaria para informar sobre ese asunto y finalmente la jornada electoral. Esto definitivamente llevará varios meses. Mucho tiempo para discutir y votar un tema que el presidente, por decisión de quienes lo votaron, podría resolver con una simple firma.
Ni que hablar de que, con el mayor respeto que me merece “doña María”, con una simple etapa difusiva no todos los uruguayos votarán un tema sabiendo de qué se trata. Es más, creo que la mayoría de quienes eventualmente lleguen a votar en algún momento, lo harán con escasa información. A modo de ejemplo, supongan que se vota sobre Aratirí. ¿Qué es? ¿Contaminará? ¿Le hará bien al medio ambiente? ¿Cuánto repercutirá esta empresa en nuestro Producto Bruto Interno? ¿”Aratirí” es una palabra charrúa e india al mismo tiempo?
Mujica ya hizo lo mismo cuando dijo que no haría uso del veto presidencial. Le teme a gobernar con algo de firmeza en sus postulados. Él es el presidente, ¿quién más sino él tiene el derecho a decidir sobre Uruguay?
1 comentario:
Queridazo Clarens.
Recuerdo una clase de un profesor de Historia en el IAVA, donde decía que los griegos tenían una democrácia directa, ya que votavan ellos mismos, de manera "directa" los asuntos trascendentes para su ciudad.
De allí vino la idea de democrácia directa. De igual modo, la democracia representativa, hace que los ciudadanos designen personas que ellos creen "votarán lo que la ciudadanía quiere", ya que son votados por la ciudadanía. Entonces, quien se registre en el padrón electoral, deberá elegir entre las opciones a votar.
Hasta aquí, más o menos lo que hacemos.
Bueno, el presidente se lava las manos, cual Poncio Pilatos, tal cual comentaste, para no enchastrar su imagen.
Ahora yo me pregunto:
1- ¿Para que se lo votó? Si no puede siquiera decidir si la minera (en esta oportunidad, mañana se llamará ABORTO, VOTO CONSULAR, ETC.) si, o no. ¿Cual es la gracia de gastar millones de dólares (si, es lo que cuesta) en votaciones ridículas (como ya pasó con el BPS), si uno vota, obligatoriamente cada cuatro años, la opción de gobierno?
¿No está el parlamento elegido por los ciudadanos capacitado para decir sí o no?
¿Cual es la diferencia entre que vote toda la ciudadanía a que vote el parlemento elegido por toda la ciudadanía?
2- Si el resultado no es el que le conviene al gobierno, ¿creará leyes interpretativas para derogar implícitamente lo votado por la ciudadanía?
Saludos Clarenz!
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