Es simple, hay que conseguir la información cuanto antes. De ese modo se cumplen dos básicas: informar y ganar. Se le informa a la sociedad; se le gana a los otros periodistas. El asunto radica en el modo en que se llega a la información. Por lo general están las famosas conferencias de prensa… esas no tienen gracia. También está la información anónima (todo un dilema para publicar si se desconoce su origen, pero por lo general un encanto si lo que se quiere es investigar). Pero existe una forma de conseguir material, primicias, novedades, un tanto graciosa, que les quiero detallar.
Si manejás una buena agenda lo llamás directamente al celular, sino simplemente lo coordinás con el secretario. Lo cierto es que ya estás en su despacho, tanto en el Palacio Legislativo, Palacio Municipal, Torre Ejecutiva, o cualquier oficina pública. Conseguiste una de esas entrevistas mano a mano. Por lo general acceden más cuando tienen algo que decir, sin importar lo que les vayas a preguntar.
La entrevista transcurre con normalidad, pregunta va, respuesta viene. El secretario entra, te trae un café. “Que amable”, pensás. El grabador sobre la mesa capta todo lo que puede. El entrevistado se emociona con el tema y golpea la mesa, justamente, cuando dice algo importante. Bien, te arruinó la calidad del audio porque ese golpe se registró en el grabador (si trabajás en radio es fatal). No importa, tenés buena información. Algún dato que podría llegar a ser primicia. Además, poco a poco vas comprendiendo el asunto de una mejor manera.
Pasan 25 minutos del diálogo y sentís que tus preguntas ya tienen respuestas. “Muchas gracias”, decís. Mientras guardás tus cosas apagás el grabador de manera obvia, para que el entrevistado se dé cuenta y, sin volver a preguntarle algo sobre el tema, dejás escapar una frase como esta: “que locura este tema”. Por lo general se recomienda no apagar el grabador, sino que simplemente se puede tomar el equipo y decir “apago esto” mientras guardás tu block de notas, siempre con un gesto de cansancio. Es en ese instante cuando ocurre. El entrevistado comienza a disparar un arsenal informativo con novedades, agravios y propuestas. En menos de 5 minutos te ves rodeado de primicias, de material que tendrás que adjudicar a “fuentes consultadas” pero de las que tenés pruebas en caso de algún problema luego de la publicación.
Puede ser por miedo al grabador (ni que hablar que también a las cámaras), pero siempre la información que te proporcionan “off the record” es de gran utilidad. Tal vez para los que no son periodistas les resulte poco hazañosas estas conquistas, pero de ese modo es que la información se filtra y caen los malos funcionarios públicos –incluidos los legisladores– o cualquier individuo, u organismo público, cuyo accionar no esté amparado por las normas de “lo correcto”. Por supuesto que este no es el único modo en que se filtra la información. Por alternativas pueden preguntarle a Julian Assange.
1 comentario:
Es muy interesante el modo en el que lo narras y lo primero que me hizo pregutarme fue cuanto de un modus operandi local puede haber ahí. cierto es que pasa en todos lados pero cuanto se pone en juego de una cierta uruguayez de estilo propio de una personalidad juzgada como más discreta pero compleja hay ahí, por más que los tiempos hayan echo cambiar eso.
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