martes, 6 de septiembre de 2011

Sí, Sí, Sí, Padre propóleo

Sé que traer este link va a traer detractores, pero a veces uno tiene ese impulso adolescente necesario como para armar un lío entre todo lo que le navega por la mente.
La cuestión es que traigo un couplet de murga (para algunos ya eso es un problema), pero va a ser de murga de la Unión de los noventa (esas murgas poco adeptas a los cambios, que cantan alto, chabacanas, propiedad de seres oscuros y que sobre todo son de la Unión). Aquellos que conocen la coyuntura y leyeron el título ya debieron concluir que voy a traer el couplet del Padre Propóleo de los Arlequines del 93.
Muchos deben pensar que esta pieza es una manifestación ordinaria, simplona y rudimentaria del humor y deben tener razón ya que no está de moda. Pero; para mí, es la manifestación más pura de un grado cero del humor. Al ser la estructura tan primitiva (más que estructura son unos andamios) se puede percibir cómo funcionan todos los eslabones y engranajes del humor, cómo vienen los centros y los remates, cómo en una estrofa se planta algo, se puede intentar adivinar la rima y especialmente uno puede ver a través de él como si uno pudiera ver la matriz.
Además es algo histórico y nos ayuda a entender las murgas de la época y como eran los couplets de los ochentas (aunque éste sea del 93 parece de los ochenta ya que tiene eso de que no pega nada con nada).

Ya expuesta mi defensa los dejo con la pluma de Eduardo Rigaud, los arreglos musicales pleneros de Jorge Cocina Márquez y la memorable actuación de Pablo Barrios en el papel del Padre Propóleo y a esa incoherencia cromática de la murga llamada: El negro Claudio Rojo en el rol del monaguillo. 



No hay comentarios: