El otro día un sujeto en un bar le comentaba al mozo: Qué falta de respeto, primero vaqueros gays y ahora vaqueros chinos ¿acaso no era el vaquero el último recinto estoico del cine? John Wayne nunca pudiera haber sido un chino. El mozo se detuvo un segundo a pensar y respondió: El personaje de Jackie Chan en esa película con Owen Wilson se llamaba Chong Wang que fonéticamente es muy parecido a John Wayne. Luego y sin cruzar más palabras el sujeto y el mozo se sumergieron en una apasionada batalla de golpes de puños y artes marciales.
Pese a la posición del sujeto (que terminó ganando la lucha cuando desfundó un revolver y llenó de plomo al mozo) yo creo que los oxímoron u oxímorones como lo westerns asiáticos – ergo, oesteros del este - son lindos y que me resultan interesantes cuando los géneros cinematográficos mutan; deja la sensación de que uno está frente a un momento histórico.
Pues hoy viene de westerns asiáticos y les dejo dos reseñas exploratorias que tienen como único fin decir: Miren que por otros lados se hacen filmes.
Ustedes podrán buscarlas por ustedes ya saben que vías o mandando un mensaje simbólico a una distribuidora de cine prendiendo fuego a otra distribuidora y posterior amenaza.
Una mujer, un arma, una tienda de fideos[1]
Zhang Yimou (Héroe[2], La casa de las dagas voladoras[3], La maldición de la flor dorada[4] y también organizador de las ceremonias de los últimos juegos olímpicos) director chino por excelencia (seguro del momento y capaz que también de la historia) nos trae una versión de Simplemente sangre[5], ópera prima de los hermanos Coen.
Lo primero que suena interesante es que haya hecho una remake de una película que originalmente no es un western, en clave de western, aunque tampoco la nueva versión es un 100% western. Si tuviera que clasificarla en género diría que: mantiene la trama de policial de la original, la cinematografía es un western épico y la dirección de arte es una cosa rara medio pasada de ácido.
Me excedí en todo lo que sabemos antes del filme y no tanto en éste porque realmente toda la descripción es más interesante que el propio filme. No es que sea un mal filme pero, la promesa de Zhang Yimou + Simplemente sangre + Western es más grande que el resultado. A modo de consuelo queda una película que cruza fronteras como ella sola y que solo con nombrar sus características causa un interés.
Sukiyaki Western Django[6]
Al igual que el título de la anterior, éste también es más que atendible, cada palabra trae consigo una carga de interés, veamos:
Sukiyaki – Es una comida (no es la primera vez que a los westerns le ponen epítetos culinarios) muy barata, fácil de hacer y que es un revoltijo de todo un poco.
Western – No hay necesidad de explicar
Django – Protagonista del filme homónimo interpretado por Franco Nero que luego de venir de la guerra arrastraba un ataúd con una gran metralleta adentro.
A partir de estas tres palabras obtenemos un western japonés remake de un italiano. Western asiático que lleva excéntricamente una violencia rara, que es bien posmoderno y que tiene de todo un poco mezclado adentro (Shakespeare, nieve, samurais, Tarantino, tesoros, gente con problemas de bipolaridad, todos). Para tal desafío la persona indicada fue el prolífico y desafiante Takashi Miike (prometo que algún día va a faltar en un articulo del cine asiático; pero hoy no es el día).
Una película que no es muy fiel al original y por momentos cae en la chanchada abusiva del exceso cinematográfico, pero por momentos es también excesivamente atendible y maravillosa, además de ser siempre entretenida aunque solo sea porque uno no sabe qué esperar.
El mejor western asiático (bautizado sukiyaki western por el momento) y el filme emblema de este neonato subgénero que puede causar el desbarrancamiento de mi vida.
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