jueves, 1 de marzo de 2012

Balada de un 29 de febrero o entre ñoquis y payasos.

Al fin y al cabo, ¿Que es un día? Una unidad de medición de tiempo. ¿Medición de que? La más antigua de las “formas del tiempo”.

Sino fuera porque hoy me levanté acompañado hubiera jurado que era un día como cualquier otro. Me fui a trabajar y entre talleres, presentaciones de powerpoint y reuniones con compañeros me acordé que jugaba Uruguay - Rumania. Llegué para ver el segundo tiempo, partido para el olvido como pocos, tanto que lo único que recuerdo es que no debo recordarlo, lo que si recordé al terminar el partido es que era 29. Mis padres me criaron en la tradición de los "ñoquis del 29", por lo tanto cada vez que llega un 29, se comen ñoquis con una moneda bajo el plato. Para mi, además de una cálida tradición familiar, significaba si caía entre semana, la oportunidad de cenar con mis padres, ya que generalmente comía solo, excepto por los almuerzos de fin de semana y las cenas de "ñoquis del 29". En los últimos meses vivir solo, evidenció lo importante de esta cuasi-celebración. Por carambola del destino hoy vinieron a cenar mis amigos a casa, y si, comimos ñoquis, y si, ceremonié la moneda bajo el plato. Antes de cenar, al momento del brindis recordé otra cosa, vasos arriba:

-Por un día que volverá en cuatro años.

Daba gusto lo especial del encuentro. Los 29 de febrero son días especiales sin duda. Son días para corregir lo que el calendario no dice, son evidencia de lo ridículo que es atrapar cosas como el tiempo. Para terminar la noche vimos Balada triste de trompeta. No voy a a hablar de Álex de la Iglesia y su cine para eso en Mediorama hay alguien mucho más indicado que yo. Voy a decir que la disfruté bastante y que si la tienen a mano véanla. Pero si ya la vieron les pregunto: ¿Debo sentirme perturbado por sentirme un poco identificado con payaso triste y otro poco con payaso tonto? Porque así me siento, algo perturbado. Además de el disfrute a la película le agradezco el haberme presentado esta pieza de Raphael que comparto al final. Este 29 de febrero recordaría algo más, algo que otro payaso dijo alguna vez:

"¡Demostré que no hay diferencia entre mí y cualquier otro! Sólo se necesita un mal día para volver al mejor de los hombres un lunático. Esa es la distancia entre el mundo y yo, apenas un mal día"

Aunque en la cena oficialmente brindamos por la fecha particular, en secreto brindé por ese cable a tierra llamado amistad, ahora sé por qué.


Es el de Escándalo si.

1 comentario:

Mariana Payssé dijo...

Será que nací un año bisiesto, o que el tema de las fechas es algo especial para mi simbólicamente tejida cotidianeidad, pero me gustó mucho este artículo. Definitivamente, no fue un día como cualquier otro, fue un día un poquito más feliz. La película no me gustó, la odié bastante cuando la vi, pero Rumania enfrentando a Uruguay es algo histórico que solo se podría haber dado en una fecha como hoy. Y me alegra que siempre tengas lindas amisatdes acompañando tu mesa. Ya ves, tu soledad es más aparente que lo que parece cuando dices vivir solo.