domingo, 31 de julio de 2011

Cien post no es nada




Todos sentimos un afán conclusivo con los números divisibles entre 10. Alguna fuerza sobrenatural nos pone en la ardua tarea de movilizarnos hacia replantear, repasar y revivir nuestras vidas. La necesidad de movilizar al pasado nace de la cantidad de dedos de nuestras manos y de un ordenamiento árabe. ¿Por qué será? No es el mejor momento para responder, ya que ocurre el post número 100 del presente blog y habrá que rememorar los post pasados. 

AnBu recomienda a Mar Payssé

Si uno indaga en el mágico universo idiomático, ya no por ser el código de comunicación por excelencia sino por el placer de explorarlo destacando sus propios misterios, es imposible no asombrarse, no deleitarse, no hipnotizarse. Un ejercicio aconsejable es suspenderse en la palabra, pensarla, atribuirle textura, profundidad, historia, origen, recorrido, metamorfosis. Enriquecer el lenguaje no implica únicamente aumentar el caudal lingüístico, es apropiarse de ese patrimonio intangible que, no obstante, construye una realidad entre tantas. La escritura, visual por definición, habita en comunión con la fragilidad del sonido. Sin embargo, por más diáfana que sea la grafía, los sentimientos a los que nos remite pueden ser inefables. Entonces, sólo se nos ocurre exclamar que nunca habíamos visto-escuchado Una palabra así de linda.

Lourdes Nievas recomienda a  SClarens



Las notas de Santiago son, a mi entender, el corazón del anclaje de Mediorama con nuestra realidad local. Y en estos días en los que ha resurgido la cuestión de los cómo de la construcción de la noticia y las presiones externas, sobre todo desde las declaraciones del presidente y la distribución de pautas publicitarias según una responsabilidad en el orden y el espacio que se le da a la crónica roja; quería recomendarles la re-lectura de Off the record que vio la luz bloguera el viernes 8 de julio.
La invitación a esta lectura no responde a una similitud en los temas tratados con lo reciente a lo que leí sino porque se adentra un tanto en esa relación de interdependencia entre periodista y político, particularmente cuando el primero ve al segundo como fuente, y éste se percata de la potencialidad como canal difusor de aquél. En el primer caso desde las sombras prácticamente con el futuro mote de fuentes consultadas; mientras que en la segunda instancia cuanto más cerca de la spotlight mejor porque ese polítiquito en el que pienso (aspirante a abandonar el anonimato popular en el que no pocas veces lo sume los 132 nombres de la lista de nuestros parlamentarios) anhela pegarse aunque sea por unos minutos al rating de un programa, al prestigio de sus periodistas o a la consideración que sus superiores en el partido tienen de ese medio. Y los que ya tienen todo eso quieren mantenerlo e ir a más quieren ser más, que el foco siga sobre ellos como protagonistas y el hecho sea un accesorio resultante de sus cualidades cuasi-mágicas performáticas. Entre toda esa maleza sale el periodista con una azada a veces con poco filo, que a veces no puede tomar del mango pero trata de carpir alrededor para que veamos que en ese mismo sitio un jardín es posible



KoLo sobre Diego F1

Hola. A mí (“mí” es KoLo) me tocó elegir un post de Dieguito Efeuno, para, si nos leés por primera vez, leas su mejor post (a mi entender, si vos tenés otro entender lo entiendo y recomiendo que leas todos sus post y me digas cuál es el mejor, en caso que concuerdes o discrepes conmigo). Elegí elegir Noche buena con las estrellas. Me encantó cuando lo leí y me encanta cuando lo releo. Una historia típica del under barrial mezclada con el delirio y la soltura de una conversación en confianza entre amigos. Un ejercicio que todos alguna vez nos podríamos hacer (en caso de que surja semejante pregunta), y que puede suscitar a una charla muy entretenida con argumentos (algunos muy racionales, otros infundados y otros rozando lo pasional). En aquella oportunidad comenté lo siguiente, y lo sigo sosteniendo.
Resucitaría a Kurt. Sabelo. Pero sería inútil porque se pegaría un tiro de vuelta. 
Resucitaría a Jim, y vos elegís cuál.
Resucitaría Lennon, sin dudas. También resucitaría a Mateo. Resucitaría a Gardel. Resucitaría a Rodrigo y a Marley (de verdad esos no me importan un carajo).

Resucitaría al Rock. A ese, seguro.”
    

Ruy Ramírez sobre KoLo

Para Ruy hay cosas más sencillas de lo que parecen. Decidir el mejor post del ciudadano autoproclamado KoLo surgió de una manera tan fácil como lo hizo aquel grito del hincha de Peñarol. Para mí recordar tal hecho es recordar cuando ponía el Unplugged de Nirvana y señalaba al reproductor en el momento indicado. Saber de tal hecho es saberse parte de una generación perdida entre el MTV con escenografías sucias, Micromanía, el quinquenio, aquellos contactos selectos que tenían copiadoras de CD, las maquinitas de Baltimore, los vaqueros rotos por las circunstancias de la vida y otras nostalgias. Al fin y al cabo conocer que Kurt Cobain era carbonero es  conocerse a uno mismo. Y eso es bastante para 1998 caracteres.

Mar Payssé sobre Ruy Ramírez

Su nombre es Ruy y son ya unos cuantos años trabajando en conjunto en las más diversas empresas cognitivas. Cientos de charlas (materializadas o no sobre el espacio de una hoja en blanco), intercambios  y mutuos enriquecimientos han consolidado en mí un profundo respeto hacia este polifacético creador y “reflexionador” (“pensador” es una palabra que suena al Siglo de las Luces o a la filosofía griega). Sus múltiples abordajes en Mediorama  son solo un muestrario de las muchas dimensiones hacia las que fluye su creatividad, desde storylines doblemente ficticias hasta entrevistas y acontecimientos de humorística verosimilitud, pasando por interesantes buceos en el mar de YouTube y verborrágicas palabras suscitadas por los temas que lo conmueven. Pero es cuando se lanza a la reflexión sobre su gran pasión, el cine, cuando más gusto me da leer sus escritos. Y más aún cuando la mirada sobre el fenómeno cinematográfico se embebe de lo semiótico y filosófico. Eso ocurre de manera altamente disfrutable en La ficticia frontera fractal: Primer episodio, donde se intenta recorrer ese complejo y movilizador vínculo entre el cine y la realidad y, por definición, entre éstos y el plano de la ilusión. No puedo esperar el advenimiento de los próximos episodios

SClarens sobre Lourdes Nievas

Debo confesar lo poco que sé de las temáticas en las que incursiona. Es más, lo que ahora sé fue por leer sus artículos. Por ejemplo, cuando escribió Flores rojas en mi camino me di cuenta que mirar una rosa y sentir que dice más de lo que aparenta no es de “flojito”. Su artículo me hizo acordar a la relación que el Principito (Le Petit Prince),  tiene con la Rosa a quien ama, y a la que poco a poco va descubriendo. En fin, les hablo de Lourdes Nievas, quien por el solo hecho de haber estado en Francia tiene bastante más cancha que yo para escribir sobre flores y sobre pinturas de artistas cuyos nombres no puedo pronunciar correctamente. En el artículo mencionado Lourdes dice que tal vez “el desafío es querer seguir abriendo los ojos”. Comparto totalmente, pero para llegar a eso me hace falta prestar más atención, por lo menos, a los “cuadritos” que hay colgados en las paredes de mi casa.

Diego F1 sobre AnBu

Realmente me ha costado cumplir la consigna de este escrito teniendo que recomendar un post de esta escritora. Los que leemos Mediorama sabemos que AnBu tiene un campo bien definido que le permite moverse con comodidad, y un estilo propio que hace plácida la experiencia del lector. Entonces,  ¿cuál elegir? Para salvar la disyuntiva decidí pensar en los que no la conocen todavía. A ellos les recomiendo que lo hagan con Los vaqueros sin pistola. Por comenzar a un nivel personal, por la sencillez pero lo llamativo de la idea, por el desarrollo de la misma en la dimensión de la sexualidad, porque al ser uno de los primeros es un buen ejemplo de todo lo que viene después, por mostrarnos que la ropa no solo esconde piel y por hacernos pensar mientras miramos vidrieras. Como ya dije, fue difícil elegir un post, así que más que nada yo recomiendo a la escritora.

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