Quizá este sea uno de los artículos más aburridos que escribí. Tal vez sea uno de los más importantes. Aunque pensándolo bien, puede que sea solo la visión de un periodista. Entiendo que es casi vital estar al tanto, mínimamente, de lo que pasa fuera de nuestro hogar. No dudo que ello, en algún momento, modifique nuestro estilo de vida.
Foto: Jorge Pérez |
Conversando con un compañero de clase del Seminario de Periodismo (materia de cuarto año de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación) surgió el tema de la figura del senador Jorge Saravia. No recuerdo las palabras exactas, pero el comentario de mi colega de estudios fue algo así: “ah, no tenía idea que Saravia ya no estaba en el Frente Amplio”. Eso no solo demostró que mi compañero desconocía el último y gran enroque legislativo, sino que hasta me animaría a afirmar que tampoco sabía cuál era el contexto en que el Saravia pasó de ser frenteamplista a ser blanco.
Si tú, lector de Mediorama, estás tan “pintado” como mi compañero, acá va un repaso de algunas de las últimas maniobras realizadas por quienes nos gobiernan y algunos más. No entraré en detalles, fechas ni números. Simplemente lo que pasó y lo que tal vez pasará.
¡¡¡Pero escuchame, papá!!!
El presidente de la República, José Mujica, discutió durante meses con el vicepresidente, Danilo Astori, para que el Poder Ejecutivo redacte un proyecto de ley que cree un Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR). Le decían “impuesto al agro”, pero de ahora en más le dirán ICIR. Les aviso porque esa sigla la van a escuchar bastante en los próximos meses. El proyecto que crea el ICIR ya está en el Parlamento. Básicamente posibilitará que los dueños de grandes campos y con buena productividad tengan que pagar un nuevo impuesto. Mientras más grande es esa propiedad, más alto el gravamen. Ahora les toca a los legisladores discutir y aprobar el texto. Posiblemente lo aprueben solo con los votos del oficialismo, pero no antes de un acalorado debate.
Te vas porque yo quiero que te vayas
Aratirí, esta minera que se iba a instalar en nuestro país para extraer el hierro de varios departamentos del interior, anunció que enlentecería sus inversiones en nustro país. Eso significa que el dinero que ya tenían para comprar toda la maquinaria, para construir toda la infraestructura y pagar sueldos, se irá hacia algún otro país. Al menos hasta que Uruguay determine qué hará con sus políticas en minería. Los empresarios se molestaron por el debate interno que se generó alrededor de Aratirí. Ahora el gobierno creó una comisión que discute las nuevas políticas del país en esta materia. Posiblemente en algunos días tendremos novedades sobre el tema.
Bajá un cambio
El Partido Colorado está por conseguir 250 mil firmas con las que llevará a plebiscito una reforma constitucional para que, entre otros puntos, se baje la edad de imputabilidad de 18 a 16 años. Es decir que si un joven comete un delito con 16 o 17 años no se lo juzgará con el Código de la Niñez y la Adolescencia, sino que se lo sancionará con del Código Penal. Se quiere atacar de ese modo el problema de la minoridad infractora. Esta eventual reforma levantó grandes debates entre frentistas, blancos y colorados. Saber de este tema es importante porque es casi un hecho que en 2014 –sino antes– todos los uruguayos deberemos elegir en las urnas si apoyamos o no la iniciativa.
Ya está, me quedó claro
Por último, para quienes nada sabían de Saravia, les cuento cómo fue la situación. En 2004 (tiempo electoral) el ahora senador Saravia dejó el Partido Nacional (PN) y se sumó a filas frenteamplistas. Creó en el Espacio 609 un sector que se denominó “Columna Blanca”. Al tiempo le cambió el nombre para “Patria Grande” (uno menos obvio). Pero este año, en medio del debate para crear una ley interpretativa de la Ley de Caducidad, Saravia se mostró contrario a la iniciativa por entender que se iba en contra de los pronunciamientos populares que no habían logrado desaparecer esa ley de nuestro sistema jurídico. De ese modo fue en contra de sus compañeros del Frente Amplio (FA) Tiempo después de la votación –el texto finalmente no se aprobó– Saravia anunció que dejaba el FA pero que no renunciaba a su banca en el senado. A los días anunció que volvería al Partido Nacional para integrar un nuevo sector al que denominó Concertación Republicana Nacionalista. Ese enroque le dio un voto más al PN en el senado, y por supuesto, un voto menos al FA.
1 comentario:
Muy clarificadora la charla y delicioso el café.
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