sábado, 27 de agosto de 2011

Recuerdo cuando que en la TV hubo programas de humor


Por la radio dicen que estamos viviendo el mes de la nostalgia; así que debe ser cierto y por lo tanto uno está obligado a recordar cosas intrascendentes que tan solo por el hecho mismo de recordarlas parecen cobrar una mayor relevancia. Capaz que el artículo nostalgioso debería haber venido antes del 24 de agosto; pero en mi defensa puedo decir que el hecho de no haber recordado la fecha a tiempo es una especie de homenaje o crítica a tal temporada nostalgiera.

Antes de adentrarme en el análisis quisiera plantear lo problemático de los recuerdos, especialmente cuando la mente de uno linda con la estupidez. Tan solo pensemos que bajo el nombre de recuerdo se clasifican cosas como:  el suceso del pasado (recuerdo haber empezado a escribir este artículo), detalles intrascendentes que tan solo por recordarlos cobran cierta importancia mística, (recuerdo que en el álbum de Italia 90 la única figurita que me faltaba era la del Pepe Herrera), aquellas cosas que no recordamos pero que sí recordamos haber recordado esas cosas (recuerdo que una vez me preguntaron cual era mi primer recuerdo yo dije una vez que no me dejaban comer frutillas en el jardín) también está el recuerdo de cosas que nunca vivimos pero de tanto escucharlas ya la tomamos como nuestras (recuerdo al Pepe Veneno haciendo el couplé de la computadora) e incluso hay recuerdos de cosas que no pasaron pero por un problema de burocracia mental se han traspapelado (recuerdo la carrera que hicieron Superman y Jesús para recaudar fondos).

Frente a tal madeja mental empiezo a ponerme nostálgico y en este caso la nostalgia viene por lo televisivo ya que la televisión tiene una cualidad caduca perfecta para el memorioso de turno. Si los Beatles son eternos debido a que permanecen, la serie Detective de señoras tuvo la expectativa de vida de una mariposa fumadora.
Cuando uno se pone a recordar medios está la tentación de ponerse apocalíptico y empezar a gritar que se han perdido los valores porque antes todo era mejor. Creo que lo único que se puede decir es que antes era distinto y que es imposible ver la televisión como uno la miraba antes; por lo tanto la intención es recordar tan solo por la coerción social que me obliga a la nostalgia.

Obviamente voy a ponerme caprichoso y tendencioso para seleccionar 4 expresiones humorísticas extremadamente simples y no por ello menos eficaces. Porque yo considero que antes había programas de humor propiamente dicho y que tenían su éxito a través la simpleza que rozaba lo dionisíaco por no decir la barbarie.

1)  Lamentable  y sorpresivamente no va a estar acompañado de video debido a que no se halla en youtube. Pero creo que la mención al mago que interpretaba Cacho De la Cruz en el show del mediodía sin el video es igualmente importante. Para los que recuerdan Cacho fracasaba haciendo trucos mientras tarareaba. Así dicho no parece gracioso pero los que lo vieron recordarán su éxito en tan simple proeza.

2)  Subiendo un poco el tono pero en lo familiar encontramos al señor Berugo Carámbula (el primo de Marcos) interpretando al payador Gabino creo que en telecataplum. El formato es el de filling the blanks a través de la métrica y la rima y si tuviera que explicar este formato lo haría justamente con éste payador. No es un grado cero del humor pero pega en el palo, entendiendo por qué es gracioso esto se entiende mucho del humor.

 
3)     Ya cruzando la orilla y elevando bastante el tono nos encontramos con Álvarez y Borges. De seguro alguno los vio en el millar de repeticiones que tuvo No toca botón en la medianoche del canal 12. Lo más interesante de la sala de espera y posiblemente más gracioso es la desprolijidad de la cuestión. Es solo un tipo rápido y gracioso que dice lo que se le cruza por la mente con otro que lo quiere guiar, otros dos que se ríen en escena y un decorado bastante berreta. Por más que los chistes planificados - como el del crucigrama - son buenos; lo que realmente nos atrae es eso inesperado provocado por la falta de respeto y estándares.


 4) Terminando y subiendo el tono en cantidades exponenciales encontramos  a un personaje que perduró pero que tuvo su génesis en un programa de cable sumamente descontrolado llamado Orsai de medianoche; por si no se dieron cuenta me refiero al Gato de Verdaguer. La premisa es muy simple: Pettinato agarra una marioneta de gato y cuenta los chistes más groseros, homófobos, racistas, machistas y políticamente incorrectos posibles. Admito que uno se siente medio mal al reírse de esto pero es esa mezcla de falta de censura, barbarie y prohibición de reírse de tales temas lo que hace gracioso al gato.

 

1 comentario:

Lourdes Nievas dijo...

Adoro al Gato de Verdaguer!!! Tanto como al verdadero Verdaguer.
Pettinato en estado inflamable!