Recuerdo de un paisaje de hastío en la paciencia aguada y para con ciertos individuos-lugares obstáculo
Entonces la ciudad se deja secuestrar por mis ojos sin ofrecer resistencia.
La mañana era clara, la sinrazón eterna.
“Los paisajes urbanos, conjuntos de manchas menos verdes”,
ironizaba con su labia como si yo no supiera quién era Monet.
Cuando todo nos aburre y la desidia rige,
la urgencia de metamorfosis nos exige
el desembuche de nuevas palabras viejas.
Las que no siempre salen,
aunque me crea que sé trabajar con ellas,
esta vez respondieron
por más que solo a mí me dijeron:
“Levantate y no te compliqués, no sigas desperdiciando tu mañana,
al huir por Libertador el viento te aguanta las espaldas
y diluye peroratas.
No importa lo altas ni derruidas de estas cornisas que te rodean,
ni los domos o las portas que los arquitrabes de enfrente rezan
y que sin contemplar tu posible fe, todas las ofertas prometen.”
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