lunes, 30 de mayo de 2011

Por las dudas comprá todo amarillo

Actualmente contamos con una tecnología sofisticada y cada vez más precisa para averiguar qué aparato genital tiene un feto en gestación. Es lo que todos habitualmente entendemos como el “sexo” del niño. 

Fotografía: Ruy Ramírez
Ahora bien, culturalmente nos hemos adelantado a los ciclos solares y lunares. Pecamos de una tremenda ansiedad cuando contamos los días que faltan para la ecografía que definirá si el bebé es nene o nena. A partir de ese momento, y hasta el nacimiento de la criatura, compraremos ropita que consideremos acorde al sexo que nos dijo el médico, pintaremos las paredes de su cuarto con guardas llenas de ositos, recibiremos obsequios, y lo más importante, pensaremos un nombre para ese hijo (o ya tendremos duplas de nombres escogidas desde mucho antes).

Junto con el sexo, la ropa, sus accesorios y el nombre, el no-nato ya tiene sobre sí determinadas expectativas que deposita sobre él su núcleo familiar y el contexto social que rodea ese núcleo (llamémosle un macro núcleo). 

Ese sujeto tiene que cumplir ciertas exigencias que desconoce racionalmente, que le esperan por fuera del estado de nirvana que transita en la placenta materna. Ese ser ya tiene un “género” asignado (con sus roles, conductas y prohibiciones) mucho antes de nacer.

Es así que partimos de una base biológica para determinar qué género (masculino o femenino) etiquetará al nuevo humano. 

El problema está en que el género es una construcción relacional que no se ciñe al sexo biológico únicamente (aunque puedan coincidir), sino que es una categoría que excede al binomio varón-mujer y que está en función de un período histórico, de una sociedad, de un tipo de familia hegemónica, de las condiciones económicas. 

¿Qué sucede cuando una niña siente que “el cuerpo” en el cual nació no le pertenece? ¿Y cuándo un varón no quiere tener pene, sino busto y vulva? ¿Se equivocó la biología o nos olvidamos que la biología también es un constructo, cuyo poder es legitimado culturalmente bajo el nombre de "conocimiento científico"?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena columna.

Anónimo dijo...

Me encantan tus columnas. Que sean un poco más largas, siempre me quedo con ganas de más.

AnBu dijo...

Muchas gracias anónimo. Estamos ajustando las extensiones. Tal vez vengan algunos "alargues".
Saludos