viernes, 10 de junio de 2011

Ladrones de la noticia

El modo en que jugamos entre emisores y receptores de la información lleva a confusiones y generalizaciones respecto a lo que se cree sobre el modo en que los periodistas proceden. No toda la información obviada fue previamente censurada.

Transcurrieron los 60 minutos de informativo y nada. El oyente sabía de aquella información y esperaba que los periodistas la incluyeran en su programa, pero eso nunca sucedió. Se habló de “esto” y de "lo otro”, pero no del tema de interés para aquel radio escucha, quien se encontraba muy enfadado porque nada se había mencionado sobre aquella situación que a él le interesaba. ¡Era obvio! Por cuestiones de intereses, a aquellos profesionales de la noticia no les convenía que se diera esa información.

De ese modo aquel oyente (que puede ser pensado también como televidente o lector) se quedó con esa imagen: la de un equipo de prensa que ocultó información por algún interés. Pero, ¿y si hubiera otros motivos por los que no se dio la noticia? ¿Y si esos motivos refirieran a problemas internos de los que, obviamente, como receptores no nos enteramos?

Desde que la publicidad comenzó a asomar más la cabeza en los informativos, no es de asombrar que en algún momento el producto que financia nuestra salida al aire nos sugiera que sobre determinado tema no es conveniente hablar. De todos modos, les aseguro que esos casos son los menos, sobre todo si se busca evitar que se diga al aire una noticia: el periodista puede llegar a desesperarse si otros medios dan una información y el suyo no (ego, amor por la primicia, etc.). Sin embargo no niego, porque también me consta, que las presiones puedan asomarse. Ahora bien, si no siempre se trata de censura, ¿por qué los informativos no dan toda la información?

Es de sentido común tener claro que, ya sean 60 minutos o más, el tiempo al aire es limitado, por lo que podemos incluir este factor como uno de los causales para responder a nuestra pregunta. Pero ustedes podrían retrucar, porque hay periodísticos en la mañana que duran más de dos horas. Perfectamente podría haber un hueco ahí para incluir la tan anhelada noticia. Es entonces que les presento la expresión: “nos comimos esto”, utilizada cuando el periodista se entera de una noticia no por cuenta propia, sino ojeando la competencia.

En la dinámica del informativo, paradójicamente, es normal que los periodistas no estén suficientemente informados como para buscar y ampliar una noticia. Los motivos por los que un programa no logra pasar toda la información son: no la tienen, y ello dependerá de qué tan grande y eficaz sea el equipo de periodistas (por lo general el no haber pasado alguna noticia por este motivo involucra posteriores y grandes reclamos de encargado del informativo); no hubo tiempo para mencionarla, y es entonces el guión o la estructura del programa quienes definirán qué tan bien se administra los minutos al aire; la agenda supera al profesional, que se ve obligado a descartar información (los hechos noticiosos de gran relevancia política abundan y suelen ser quienes dominan la agenda); y la censura o falta de pertinencia, que descarta la información por la presencia de intereses, que no siempre son comerciales.


Como ven, hago mención a la “censura” o al filtro de información, pero les agrego otros puntos para que los tengan presente a la hora de opinar sobre el modo en que los periodistas tratan la información. A veces los motivos son tan simples que nos resultan ajenos al mundo de los medios de comunicación.

1 comentario:

Lourdes Nievas dijo...

El tema de los tiempos en los noticieros cada vez me desconcierta y me desconecta más con las propuestas. ¿Los están haciendo para que la gente normal no los mire? Una hora y media de esa pobreza es un despropósito que roza el castigo, haciendo de sus seguidores un ejército de autoflagelados.