Si mal no recuerdo la última vez que hablamos del tema fue en el post: La ficticia frontera fractal: primer episodio, y ahí habíamos quedado con más dudas que certezas.
La realidad y el cine se mezclaban, las pantallas eran tramposas y los límites se convertían en fractales; lo cual es una aseveración muy poética pero un tanto discutible en su veracidad.
Partamos de todo lo ya hablado para obtener una primera certeza: el cine tiene problemas con lo real debido a que la realidad también tiene problemas con lo real.
La segunda certeza debería venir de la respuesta a la siguiente pregunta: ¿qué es la realidad? O planteado de otra manera, ¿qué grado de realidad estamos necesitando para solucionar el problema?
Foto: Joaquín Moreira Alonso |
Si pensamos que todo aquello que puede ser nombrado es real, el artículo terminaría aquí porque Indiana Jones, la Reina de Inglaterra, Robin Hood y Jehová caerían en la misma categoría de lo real.
Por otro lado podríamos enunciar que la realidad es todo aquello que ocupe, ocupará o haya ocupado un lugar en el espacio y se dé en el tiempo. La realidad es un hecho por lo tanto la Reina es real, Robin es menester de los historiadores, Indiana es una mentira y Jehová es –por lo menos- muy cuestionable.
Si sumamos un par de cucharadas de lo abstracto es válido decir que la realidad es todo aquello que se puede experimentar. Ahí las diferenciaciones son más individuales, pero estoy seguro de que Jehová ha afectado más vidas y ha hecho sentir más que la Reina de Inglaterra. Incluso para algunos Indiana Jones nos ha acompañado más y nos ha enseñado más que muchos otros ciudadanos con la credencial vigente. ¿Por qué Indiana no es real? Si el propio Jones es parte de mí y (según todas las definiciones hasta el momento barajadas) yo soy Real.
La segunda certeza quedó inconclusa y frente a la imposibilidad de una respuesta fenomenológica vayamos a una ontológica. Dicho más simple sería algo así que como: “yo no puedo establecer categorías, voy a aceptar lo que me diga cada realidad en su caso”. Por lo tanto la realidad es todo aquello que se presente como tal. Yendo a los ejemplos: la Reina es real, Robin Hood tiene una realidad mutante según con quien hables, Indiana Jones es un personaje de Harrison Ford y Jehová tiene su realidad directamente proporcional a la fe.
Teniendo una segunda certeza podemos volver a nuestro asunto del cine y preguntarnos: ¿el cine se presenta como realidad?
La respuesta adecuada varía según la primera clasificación del cine. La ficción no es real, en cambio el documental es realidad; Michael Moore existe, en cambio Chubaca no.
Por ende la frontera fractal de la realidad en el cine podría trasladarse a la frontera entre la ficción y el documental.
Antes de terminar para volver permítanme establecer un mero entretenimiento ilustrativo y formativo.
Les traje una mosqueta virtual, en donde los tres vasitos se suplantan por tres videos y la pelotita se suplanta por la realidad. De tal manera que uno solo es un documental, los otros dos son patrañas ficcionales. Pero en señal de buena fe les voy a permitir ver debajo de todos los vasos.
La nueva certeza se desprende de la respuesta: ¿dónde está la pelotita?
2 comentarios:
Muy interesante. Solo me atrevo a decir un par de cosas.
Cuando las premisas nos plantean callejones sin salida o demasiados retorcidos, es válido plantearse si las mismas son verdaderas o falsas, ciertas o inciertas, etc o algo así. Algo de eso hay en plantear la diferencia entre documental y ficción. Hay veces que el cine no intenta imitar una realidad, sino otra irrealidad (o lo que sea que sea), como un libro. Y ahí entra la segunda cosa que me atrevo a susurrar con timidez: el cine es un sistema semántico en sí mismo con su propio lenguaje y sus propias reglas. Digo que puede analizarse sin necesidad de unirlo a otra cosa. Por ejemplo, si una película basada en un libro puede analizarse sin importar si está bien o mal adaptada al book, se puede analizar el cine sin importar que tan unido o alejado a la realidad esté.
No se si yo mismo entiendo lo que quiero decir, pero lo que digo sí o sí es que el artículo me gusta porque abre más puertas de las que mi mente puede cruzar, me obliga a reflexionar, y eso siempre es bienvenido.
Aporta bastante lo que decis; porque creo que ahí está la problematica. Ya que trajiste una de las palabras claves: La imitación. La relación del cine con "la realidad" es atravez de la imitación o por la falta de ella.
Sean bienvenidos los comentarios de seba que mejoran el articulo.
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