El arte colaborativo es conocido en la red como uno de los fenómenos más innovadores surgidos de la pasada década (que no por ser pasada deja de ser la primera década del siglo XXI). Pero vamos a intentar entendernos un poco. Lo que generalmente se llama arte colaborativo es lo que yo llamo arte tele-colaborativo, es decir, se entiende por este concepto a las producciones artísticas colectivas entre personas de diferentes puntos geográficos apoyados en las ntic's (nuevas tecnologías de la información y la comunicación, prometo que las voy a nombrar poco). O sea, se escribe una novela o se compone una canción entre varias personas alrededor del globo intercambiando ideas e insumos artísticos por medio de redes sociales o foros. Bajo esta lógica operan el colectivo de escritores Wu ming y su proyecto Manituana o la red social RedPanal (fuera de servicio temporalmente), que se basa en el intercambio de pistas para mezclar canciones compuestas colectivamente, de una manera bastante parecida a la que funcionan las wikis. Esta fascinante faceta de la web 2.0 ha disparado riquísimos debates y (por suerte) avances en materia de derechos de autor alternativos al copyright. Creative Commons (licencia que ampara este blog) y la historia de su origen son un buen ejemplo de esto. Sin embargo, es importante hacer ciertas diferenciaciones, es decir, qué se puede (y qué no) considerar arte tele-colaborativo.
Para empezar, separar el colaborativo del tele-colaborativo: el primero hace buen rato que existe, las bandas de rock son ejemplo claro de eso. Por otro lado, que muchas personas de diferentes lugares colaboren en un producto cultural tampoco es novedoso, la industria cinematográfica conoce estas lógicas. Pero cuando un colectivo virtual decide, compone y produce una pieza artística determinada, ahí nos encontramos frente a arte colaborativo. Ahora bien, es clave la parte de “colectivo virtual decide”. Cuando Radiohead subió las pistas de la grabación de Nude de In Rainbows a la red para que los usuarios pudieran bajarlas y mezclaras a gusto, lo que se obtuvo no fue precisamente arte colaborativo. Dramatizo: en Inglaterra, un grupo de roqueritos con desorden alimenticio se graban tocando sus instrumentos por separado y suben todo a internet. Al otro lado del mundo, un DJ chileno irritantemente snob baja estas pistas y compone una canción. Esto es simplemente hacer una mezcla, nada nuevo para los DJ's, se toma algo ya hecho y se produce algo nuevo, como un collage, pero las decisiones compositivas son individuales. Lo mismo pasa con los mash-ups y lo mismo pasa con este tipo que quiero presentar hoy. Casi toda esta perorata fue para introducirlo a él.
Kutiman es un joven músico de jazz Israelí, adepto a los ritmos latinos y al funk. Resulta que en el 2009 este pibe agarró cerca de 300 videos de youtube, en su gran mayoría de gente tocando un instrumento, cantando o produciendo algún sonido específico y los convirtió en un video-disco (no es un videoclub atendido por el menos exitoso de los Bee Gees). Por eso, aunque no se tratase de arte colaborativo, ayudo a poner el concepto en el aire una vez más. Lo que hace meritorio este proyecto llamado Thru-you es su calidad audio-visual, destacable compositivamente. Estas 7 video-canciones van desde un funk que pega con fuerza, Mother of All funk chords; a un reggae-dub y una bossa nova (o parecido) bien ricos: This Is What It Became y Someday. Un par de baladas pop muy bien construidas, le mete onda Wait For Me y la dulce Just a Lady, una vertiginosa fusión de miedo Babylon Band, y un trip-hop (o parecido) que se parte en dos y es una delicia, I'm New. Tal vez por contar con un mundo de sonidos que podrían no haberse cruzado nunca y aplicarle un trabajo de hormiga de dos meses (se nota), se siente tan fresco y diverso. Con un sitio propio, de estética y accesibilidad acordes que incluye un video donde Kutiman explica el proceso y agradece a todos los que colaboraron sin saberlo. Thru-you es un proyecto individual con mucho corazón (colectivo), una simpática joya en la gran nube.
Los dejo con una dulce muestra:
2 comentarios:
Me gustaaaaa. Aunque si te ponés a pensarlo en frío no deja de ser un poquitin peligroso., me parece que la frontera de esto se va a bastardear un tanto rápido y la gente sin nada que hacer lo va a intentar emular cuando algún programita recién inventado se lo permita hacer en 5 pasos para poderse lucir y autosatisfacer en las redes sociales.
Lo de este sr. se nota superlaburado.
Comentario objetivo: Una buena muestra de que las ntic's (que efectivamente no nombraste casi nada en el artículo) también tienen aplicaciones y potencialidades creativas, artísticas (y no solo para decir "corazón aurinegro" o compartir cada acción realizada en el día).
Comentario subjetivo: ¿Vamos a hacer arte colaborativo?
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