Un amigo me pasa a buscar con la conocida intención de caminar la ciudad, caminarla de noche. Un saludo pero cero palabras, siempre las guardamos todas para la caminata. Agarro un buzo y salimos. Como siempre, la calle nos obliga a caminar en líneas rectas por la cuadrícula urbana, dictando los metros que tenemos que andar hasta llegar a un cruce. Piratas retirados a la fuerza, se acomodan para pasar la noche entre cartones, otro invierno más con la ciudad de camarote. Nosotros, regresando de esos callejones que funden alcoholes, ya ni los peores campeonan por ahí. Hoy nuestra sala de espera para lo que pinte, será a los pies de la “casa de Dios”, un rinconcito oscuro y primera fila para escuchar las engreídas campanadas que nos recuerdan que el tiempo no existe, pero el paso de las horas sí. Llegamos cuando están cerrando, parece que Dios atiende hasta las nueve de la noche los martes. Ya con nuestra pócima mágica a punto de hacer lo que mejor hace, nos entretenemos un rato pensando en andá a saber qué. Luego de encender nuestra particular hoguera, nada más nos aquietamos. La charla divaga como de costumbre, salen algunas cosas buenas pero no me acuerdo de ninguna. Hasta que aparece algo que promete diversión, cuando pregunto:
- Si pudieras revivir una estrella de la música, ¿cuál sería?
¡Paf! La pregunta fue un cachetazo al aburrimiento.
-Paaaaa, pero, pará: ¿quiénes están muertos?- Acá empezaban los silencios pensativos y ansiosos por empezar a llenar una lista, síntoma de que la conversa era buena.
-Ver a Jendrix estaría bueno.
-¿Kurt?- Digo como si fuera un comodín en este juego.
-Uuuh, loco, qué bueno estaría. Paa… Jim Morrison, papá, acordote de Jim.
Pero acá ya doy con mi respuesta.
-Luca- Contesto firme, porque de última tampoco era un seminario, y sigo: - Y sí, fíjate que me gustaría mucho que resucitaran Cobain o Morrison, pero Luca, boludo, Luca… siento que me identificaría más con un tipo así.
-¿”Así” cómo?
-De acá cerca, alguien que sabía lo que era el lunfardo y lo que pasó acá por el sur, aunque andá a saber qué carajo pensaba de todo, ¿no? Yo qué se.
Ahora podría hacer de cuenta que te pregunto eso a vos: ¿Lennon?, ¿Marley?, ¿Elvis? Podrías tener la mejor formación de los Who si resucitás a Keith Moon, pero resucitar uno solo no te da, por ejemplo, para rearmar a los Beatles, ni a los Ramones (como si alguien quisiera). Sería hermoso que volviera Brian Jones y trajera consigo el Apocalipsis. La ternura y la emoción de jugar a que Janis Joplin vuelve con su canto irrepetiblemente visceral. Cliff Burton de nuevo en el bajo de Metallica, simplemente glorioso. Pero realmente es bastante absurdo pretender que luego de resucitados sería lo mismo: para volver a formar Pink Floyd no bastaría que resucitara Nick Wrigth (precisaríamos un ultranarcisante evento como el Live Earth y un cheque con problemas de obesidad). Es que una cosa son las vidas y otra muy diferente son los iconos, los ídolos, esas imágenes que viven en nuestra cabeza y no en un cuerpo curtido de sexo, drogas y rocanrol. Andá a saber, tal vez estaría bueno que resucitara Ozzy o Charly García. Dicho sea de paso, ¿no es la muerte una gran compañera de la gloria del superstar?
A los pies de aquella iglesia la ironía no se hace esperar:
-¿Qué superstar nos falta? Ah, ya sé, Jesucristo, jaja.
-A ése déjalo quieto, ya sabe resucitar solo
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3 comentarios:
Mi voto dentro de los nominados va por Jim o si se puede salir de las listas iría hoy por Jacques Brel, para trillar París en máquina del tiempo como Owen Wilson en los 20 en la nueva peli de Woody. Ya sé que ese susurro no parecía demasiado roooockkk pero el tipo tenía esa lírica que pela los huesos y una actitud de p*** madre.
Resucitaría a Kurt. Sabelo. Pero sería inútil porque se pegaría un tiro de vuelta.
Resucitaría a Jim, y vos elegís cuál.
Resucitaría Lennon, sin dudas. También resucitaría a Mateo. Resucitaría a Gardel. Resusitaría a Rodrigo y a Marley (de verdad esos no me importan un carajo).
Resusitaría al Rock. A ese, seguro.
Quién iba a decir que Michael Jackson sería ahora una opción. Y bueno, sería mi opción.
También me gustaría que la guitarrista y corista de Charly García, María Epumer, no hubiera tenido un final tan pronto.
También traería a la vida al ex-guitarrista de Excelsior. ;-)
Estaré atenta a leer tus crónicas e historias.
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